Tribuna:DIARIO DE UN SNOB

Las respetuosas

Iba yo a comprar el pan y me encontré a Maripi, que es una curtida respetuosa de la Costa Fleming, a la que yo saqué en un libro titulado así, Las respetuosas, y con el cual quería hacer una comedia Joaquín Calvo-Sotelo.-Nada, tío, que nuestros clientes eran los políticos, y como los políticos andan a la democracia y al mitin, no vendemos una escoba.

Ha sido una realidad pornopolítica del largo régimen que hemos vivido: los políticos constitucionalmente más católicos del mundo, son los que mejor vida les han dado a las profesionales del sentimiento. Esto de ...

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Iba yo a comprar el pan y me encontré a Maripi, que es una curtida respetuosa de la Costa Fleming, a la que yo saqué en un libro titulado así, Las respetuosas, y con el cual quería hacer una comedia Joaquín Calvo-Sotelo.-Nada, tío, que nuestros clientes eran los políticos, y como los políticos andan a la democracia y al mitin, no vendemos una escoba.

Ha sido una realidad pornopolítica del largo régimen que hemos vivido: los políticos constitucionalmente más católicos del mundo, son los que mejor vida les han dado a las profesionales del sentimiento. Esto de pornopolítica es un terminacho que le robo a Emilio Romero, como Santos Amestoy me ha robado a mí la denominación Fin de siglo con que rubrico una serie de artículos en un semanario, porque aquí andamos siempre de saltatumbas, que esa fue otra característica del sistema: tú me das una cosa a mí, yo te doy una cosa a ti. O te la robo.

Frecuentando la Costa Fleming, uno los ha visto venir durante muchos años. Venían del Madrid político, venían del centro, y no precisamente en autobús, venían de los Consejos de Administración, de los Consejos de Ministros, de los consejos del padre espiritual, venían de la canción patriótica e iban al besó comprado, como los obreros de Miguel Hernández, sólo que a la viceversa y en reserva., Venían a Las Ciudades de la llanura, como se llama en la Biblia a Sodoma y Gomorra, como las llama Proust, hasta que empezaron a llamarse Costa Fleming.

Incluso hubo un importante y sacratísimo señor que una tarde se quiso ligara mi santa esposa y le dio una tarjeta. Todavía conservo la egregia tarjeta como cuerpo del delito, por si un ir día hay que pedi le alguna recomendación o un permiso de importación al gachó, y a veces lloro sobre la breve y marfileña cartulina esas lágrimas ardiente que lloramos los maridos españoles cuando nadie nos ve y nuestra señora se ha ido a comprarse un modelito a Juanjo Rocafort.

Lo cual que el sistema más eurocatólico del mundo ha mantenido durante muchos años una prostitución próspera y variada, y yo, sentado con mi barra de pan en un banco de la calle, les veía venir, ya digo, desde la lejanía noble del Madrid carolino e imperial, a este perdedero de¡ pecado y la liberté.

Clandestinos, perfumados, seguros, inseguros, como elefantes sagrados de una teofanía duradera, venían a morir de amor en las sucias riberas del corazón alquilado. Y no sólo los políticos, claro. También había autores de teatro, periodistas, gentes. Igual que yo, podría contarlo, si no fuese un modelo de discreción, ese extranjero rubio y amable que pasea siempre por el barrio con un tigre niño al hombro. Los amaestra y los vende. Incluso el tigre podría contar algunas cosas, si los tigres no fueran tan lacónicos.

Ahora empiezan, a publicarse chismes, noticias, cosas, sobre la prostitución en España, en Madrid, durante cuarenta años, que son los que tiene mi entrañable Maripi, la cual, como ella dice, empezó la carrera con un señor de Abastos y la está terminando con un ex subsecretario relámpago de aquellos que entraban y salían vertiginosamente en los últimos años de Franco, como en Babilonia los Ministerios, según se canta y se cuenta.en La Corte de Faraón.

Ay, va, ay va, ay vámonos a Judea. Y a la Judea desarrollista y tecnocrática se venían los faraones de la cosa. La cosa tuvo sus Celestinas y sus Prosperinas como tuvo su barman y su goleador a Moscú. Mis querídas víboras de la Prensa ya lo están contando todo o casi, pero más allá de la anécdota de cama me interesa la categoría, el corolario, que diría d'Ors: un sistema cerradamente puritano necesita la cloaca de la prostitución, como la belleza de Venecia necesita la podredumbre de sus canales. Y es lo que dice mi Maripi, toda entrañas, que me ha dado tantos artículos, un libro. y algún beso:

-Umbral, hijo,no sé si servirían para padres de la Historia, eso tú sabrás, pero te prometo que como amantes, una calamidad.

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