Fuerte presión de los zapateros americanos a favor del proteccionismo

Los fabricantes norteamericanos de calzado presentaron ayer, ante los medios periodísticos de Washington, un panorama poco menos que apocalíptico para el futuro de su industria, y pidieron nuevamente que el presidente Carter imponga cuotas restrictivas a las importaciones.La decisión presidencial deberá anunciarse en los próximos treinta días. Hace ahora exactamente un mes que la Comisión de Comercio Internacional recomendó al presidente la imposición de cuotas para restringir las importaciones de calzado, para proteger la industria local.

Representantes de asociaciones laborales y emp...

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Los fabricantes norteamericanos de calzado presentaron ayer, ante los medios periodísticos de Washington, un panorama poco menos que apocalíptico para el futuro de su industria, y pidieron nuevamente que el presidente Carter imponga cuotas restrictivas a las importaciones.La decisión presidencial deberá anunciarse en los próximos treinta días. Hace ahora exactamente un mes que la Comisión de Comercio Internacional recomendó al presidente la imposición de cuotas para restringir las importaciones de calzado, para proteger la industria local.

Representantes de asociaciones laborales y empresariales del ramo, acompañados por ocho senadores -entre ellos Edward Kennedy-, visitaron el lunes la Casa Blanca y conversaron con varios asesores económicos del presidente y con el ministro del Tesoro, Michael Blumenthal, para que la Administración norteamericana se incline por el proteccionismo.

La campaña de los fabricantes locales se intensifica a medida que se acerca el 8 de abril, fecha en que termina el plazo que tiene Carter para tomar su decisión. Los argumentos empleados consisten en reiterar que la industria norteamericana del calzado ha perdido, en los últimos nueve años, más de 70.000 puestos de trabajo y que trescientas fábricas se han visto obligadas a cerrar.

En la conferencia de prensa celebrada ayer en Washington, John Mara, presidente de la «Boot and Shoe Workers Union», expresó su confianza en que el presidente Carter cumpla su promesa de crear nuevos puestos de trabajo y de proteger los ya existentes. Para ello, en opinión del señor Mara, nada mejor que imponer cuotas restrictivas a las importaciones de calzado.

Los fabricantes locales insistieron en que el sistema de cuotas es el remedio más efectivo para su problema, y dijeron coincidir plenamente con las recomendaciones de la Comisión de Comercio Internacional.

España obtuvo así una cuota de 35 millones de pares anuales, lo que supuso un descenso respecto a la última cifra de nuestras exportaciones del zapatos a Estados Unidos, que se acercaron a cuarenta millones de pares en 1976.

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