Querella contra la central nuclear de Zorita acusada de un posible accidente radiactivo

El día 13 de agosto de 1976 moría en la Ciudad Sanitaria de La Paz, de Madrid, el productor de la central nuclear de Zorita, Antonio Prados Camacho. Según el informe de la autopsia, realizada en la misma ciudad sanitaria, su fallecimiento se produce por leucemia aguda indiferenciada con filtraciones en médula ósea, ganglios linfáticos, hígado, riñones tráquea, pulmones y testículos Igualmente, se aprecia, según la autopsia (fichada como documento número, A-760309), hemorragia renal bilateral, hemorragia digestiva, congestión y edema pulmonar bilateral, y lesiones anóxicas cerebrales.«El cuadro...

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El día 13 de agosto de 1976 moría en la Ciudad Sanitaria de La Paz, de Madrid, el productor de la central nuclear de Zorita, Antonio Prados Camacho. Según el informe de la autopsia, realizada en la misma ciudad sanitaria, su fallecimiento se produce por leucemia aguda indiferenciada con filtraciones en médula ósea, ganglios linfáticos, hígado, riñones tráquea, pulmones y testículos Igualmente, se aprecia, según la autopsia (fichada como documento número, A-760309), hemorragia renal bilateral, hemorragia digestiva, congestión y edema pulmonar bilateral, y lesiones anóxicas cerebrales.«El cuadro -confirma a EL PAIS Carlos Carrasco- completa las exigencias del llamado síndrome de radiación aguda, cuya causa es un accidente de criticalidad en el manejo de materiales fisionables o en accidentes de reactores nucleares del tipo de la central de Zorita. Lo preocupante es que generalmente se admite que para presentar tal síndrome agudo, la radiación ha de haber sido superior a los 2.000 rads, lo que significa que ha tenido que existir una liberación grande de energía y que, por tanto además del fallecido, otras personas han tenido que resultar afectadas, tanto dentro de la planta, como quizá fuera de ella. »

Para los querellantes no es posible hablar de una muerte natural o un desencadenamiento casual de la enfermedad. «Su dedicación profesional y la obligada revisión médica de todo trabajador que entre a prestar servicios en una central nuclear, así como las revisiones periódicas, no permiten esa hipótesis.»

Se ha ocultado esa muerte

Donde los querellantes inciden con más frecuencia y piden responsabilidades es en el intento -según ellos- de ocultación del hecho. «Se ha tratado de hacer pasar por muerte natural, e incluso ha habido contactos entre distintos médicos. No cabe duda de que ha habido un intento de desvirtuar y de ocultar la naturaleza real de esta muerte. Incluso se había diagnosticado como hepatitis. »Según el informe del Servicio de Medicina Interna de La Paz, los síntomas que causaron la muerte de Antonio Prados «comenzaron hace veinticinco días con astenia y anorexia progresiva; a los diez días apareció dolor continuo en epigastrio irradiado a ambos hipocondrios. A los pocos días se inició fiebre alta, cuarenta grados, por lo que ingresó en la Ciudad Sanitaria de Guadalajara, el 7 de agosto».«Esto quiere decir -citan en su denuncia los querellantes- que desde el día 18 de julio, fecha en que podría haber ocurrido el supuesto accidente, hasta el día 7 de agosto, la dirección técnica y médica de la central nuclear no hacen nada por la víctima. »

De ahí concluyen que «dado además que en Guadalajara no existen medios para tratar a un enfermo irradiado, ha existido o pudo haber existido una imprudencia temeraria».

En síntesis, los querellantes afirman que Antonio Prados murió por descarga radiactiva, dado su síndrome, hecho que se ha ocultado, manifestando a parientes y compañeros que la causa del fallecimiento era hepatitis.

Contra la salud pública

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