Martín Villa: "Los gobernadores civiles, ajenos a las fantasías preelectorales"

«Los gobernadores civiles debéis comportaros como representantes que sois del Gobierno, incitando al diálogo y la normal convivencia entre los distintos grupos, ajenos a las lógicas fantasías de los períodos preelectorales, serenos ante las dificultades de cada planteamiento de la vida pública provincial, promoviendo su participación política.» Así se expresó ayer el ministro de la Gobernación, Rodolfo Martín Villa, en la toma de posesión de los nuevos gobernadores civiles de Almería, Córdoba y Tenerife.

El acto se celebró en el palacete de Castellana, 3, antigua sede de la Presidencia ...

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«Los gobernadores civiles debéis comportaros como representantes que sois del Gobierno, incitando al diálogo y la normal convivencia entre los distintos grupos, ajenos a las lógicas fantasías de los períodos preelectorales, serenos ante las dificultades de cada planteamiento de la vida pública provincial, promoviendo su participación política.» Así se expresó ayer el ministro de la Gobernación, Rodolfo Martín Villa, en la toma de posesión de los nuevos gobernadores civiles de Almería, Córdoba y Tenerife.

El acto se celebró en el palacete de Castellana, 3, antigua sede de la Presidencia del Gobierno -y a donde se trasladará la sede del Ministerio de la Gobernación y de sus dos subsecretarías y servicios anejos-, y asistieron, junto al señor Martín Villa, el ministro de Relaciones Sindicales, Enrique de la Mata, y el secretario general del Movimiento, Ignacio García López, así como altos cargos de los departamentos citados.Una vez leídos los respectivos decretos de nombramiento, juraron su cargo José María Bances, nuevo gobernador civil de Almería; Eugenio Antonio de Herrera, de Córdoba, y Antonio de Oyarzábal, de Tenerife.

El ministro de la Gobernación pronunció el único discurso del acto, en el que dijo que las primeras autoridades provinciales deben observar la más absoluta objetividad en el cumplimiento de las normas relativas a los procesos electorales y en el tratamiento de los grupos políticos.

El señor Martín Villa añadió que en la etapa política que estamos viviendo se exige el respeto recíproco de todos los grupos que hayan de participar en el proceso político, y sólo con ese parámetro podrán medirse las conductas democráticas de las que no lo son.

Instó a los gobernadores civiles a contribuir al propósito del presidente Suárez de construir una democracia «para todos los españoles de antes, de ahora y de mañana», y a servir a la consolidación de la Monarquía. «Consolidar la Monarquía -señaló- es hoy en España consolidar la paz, la justicia y la libertad.»

El orden público, por encima de todo

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El ministro de la Gobernación se refirió también a la condición de jefe de orden público que concurre en el cargo de gobernador civil. «Garantizar el orden público es -dijo el señor Martín Villa- presupuesto básico indispensable para asegurar la paz y la convivencia ciudadana.

Añadió que en el cumplimiento de este objetivo no caben transacciones ni compromisos. «El orden público debe mantenerse y conservarse por encima de todo -manifestó el ministro de la Gobernación- La calle no puede ser escenario de enfrentamientos violentos, ni de coacción contra los bienes o las personas. En este terreno, la autoridad del gobernador civil debe de ejercerse con absoluta firmeza y energía. La dialéctica en el terreno de las ideas, el espíritu abierto y flexible en la comprensión de los planteamientos políticos, no pueden nunca servir de pretexto para su implantación por la vía de hecho, la fuerza o la violencia. »

«Debe erradicarse -agregó- toda provocación, conato o intento de atentar contra la libertad de la convivencia y de la normalidad ciudadana. Con mayor motivo debe prevenirse y eliminarse cualquier clase de terrorismo. Este, como tal, carece de ideología. »

Aludió a los últimos acontecimientos registrados, y justificó la necesidad de reprimir toda clase de actividad terrorista, sea cual sea su origen, con el mínimo perjuicio posible para la mayoría. Manifesté que el Gobierno no debe dejarse arrastrar en materia de terrorismo ni por los catastrofistas partidarios de situaciones de excepción generalizadas, ni por los indiferentes al mismo.

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