Ruptura de negociaciones en Tarabusi

Las negociaciones entre la empresa Tarabusi y sus trabajadores, que llevan ochenta días de conflicto, no han conseguido superar las posiciones irreductibles. Mientras que los obreros consideran que cualquier cosa es negociable menos la readmisión de todos los despedidos, la dirección empresarial mantiene, por encima de cualquier diálogo, el despido de diecisiete trabajadores.Después de casi tres meses de conflicto, el viernes, a las siete de la tarde, se constituyó finalmente una mesa negociadora, formada por cuatro obreros (tres de ellos despedidos), otros cuatro directivos y, como hombres bu...

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Las negociaciones entre la empresa Tarabusi y sus trabajadores, que llevan ochenta días de conflicto, no han conseguido superar las posiciones irreductibles. Mientras que los obreros consideran que cualquier cosa es negociable menos la readmisión de todos los despedidos, la dirección empresarial mantiene, por encima de cualquier diálogo, el despido de diecisiete trabajadores.Después de casi tres meses de conflicto, el viernes, a las siete de la tarde, se constituyó finalmente una mesa negociadora, formada por cuatro obreros (tres de ellos despedidos), otros cuatro directivos y, como hombres buenos, los presidentes de las Uniones Provinciales de Empresarios y Trabajadores.

Pese a que la empresa había aceptado previamente que cualquier trabajador podía formar parte de la comisión negociadora -extremo que fue corroborado por los delegados de Sindicatos y de Trabajo-, en el momento en que vieron en ella a tres despedidos se negaron a sentarse en la mesa y tomaron asiento en un Jespacho contiguo. A partir de ,se momento discurrieron seis ioras de difícil diálogo, mientras os moderadores llevaban las diferentes propuestas de un despacho a otro. A la una de la madrugada de ayer la empresa hizo su última oferta: readmitir solamente a ocho de los veinticinco despedidos. En caso de que el lunes no se reanudase el trabajo, estos ocho quedarían despedidos nuevamente.

Además de estas propuestas, que los trabajadores consideran inaceptables (en asamblea, por 468 votos a favor, 36 en contra y 65 abstenciones, se decidió continuar la huelga), la empresa ha introducido un elemento nuevo: la amenaza indirecta de cerrar la fábrica de fórnia definitiva.

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