Los franceses desean que se estabilice la democracia

La opinión de este país teme que los desesperados de la antidemocracia, como titulaba ayer, en primera página, el conservador Le Figaro, den al traste con el proceso democrático. El ciclo infernal de la violencia al que está confrontado el país dio lugar a los observadores para preguntarse por los orígenes del mismo. En este sentido, la mano que, en última instancia, maneja los hilos que mueven a los GRAPO, cabría preguntarse si es la derecha o la izquierda.

El vespertino Le Monde se hacía eco de los «extraños rumores que circulan ...

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La opinión de este país teme que los desesperados de la antidemocracia, como titulaba ayer, en primera página, el conservador Le Figaro, den al traste con el proceso democrático. El ciclo infernal de la violencia al que está confrontado el país dio lugar a los observadores para preguntarse por los orígenes del mismo. En este sentido, la mano que, en última instancia, maneja los hilos que mueven a los GRAPO, cabría preguntarse si es la derecha o la izquierda.

El vespertino Le Monde se hacía eco de los «extraños rumores que circulan en Madrid sobre el retiro, inviolable para la policía, en el que se encuentra secuestrado Oriol».

Un ex miembro del FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patriótico), declaró a EL PAIS: «EI GRAPO existe realmente. Su naturaleza es extraña, es muy cerrado. Se dice que hace ya varios meses descubrieron un policía en su seno y, a quemarropa, lo liquidaron.» Hace algún tiempo, también, en París, apareció un librito, de 63 páginas, con el título Informe político presentado al Primer Congreso del Partido Comunista de España (reconstituido), por el camarada Arenas. En este informe se dice que sus tareas son dos: reconstruir el partido, labor ya realizada.

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En declaraciones a la prensa francesa, varios políticos españoles expresaban sus sentimientos sobre la situación. El señor Fraga, en el diario ultraconservador L'Aurore, alertaba contra la trampa que ha tendido la izquierda, a quien acusa de «haber favorecido el terrorismo durante mucho tiempo». El señor Carrillo, en el diario L'Humanité, comunista, preconizaba la reconciliación y el pacto por la libertad como solución de la grave crisis. «Nosotros (los comunistas) ponemos la necesidad de este pacto por encima de todo. Debe ser concluido para que se celebren elecciones libres, y, acto seguido, gracias al concurso de un abanico de fuerzas lo más amplio posible, poder afrontar los difíciles problemas económicos». El señor Luis Villamea, editorialista de Fuerza Nueva, pero más militante que periodista, según France-Soir, declaró a este último diario que, en España, no hay más que dos salidas: la Monarquía absoluta o el marxismo. «La democracia -opinaba- será de nuevo el 36, pero como creo en Dios, creo en los milagros. »

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