Razones de la masiva respuesta popular

La concentración de más de 100.000 personas en las inmediaciones del Palacio de Justicia, en un día marcado por una cierta sensación de inseguridad -las calles de Madrid estaban semivacías desde hacia varios días- fue importante por su perfecto orden, pero también por el hecho mismo de que tantas personas desafiaran el miedo y acudieran a una concentración de estas características.Junto a los los factores políticos que concurrieron en el acto del entierro, muchas razones simple mente humanas llevaron allí a una parte de los asistentes. Las brutales circunstancias del atentado, y el hecho de qu...

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La concentración de más de 100.000 personas en las inmediaciones del Palacio de Justicia, en un día marcado por una cierta sensación de inseguridad -las calles de Madrid estaban semivacías desde hacia varios días- fue importante por su perfecto orden, pero también por el hecho mismo de que tantas personas desafiaran el miedo y acudieran a una concentración de estas características.Junto a los los factores políticos que concurrieron en el acto del entierro, muchas razones simple mente humanas llevaron allí a una parte de los asistentes. Las brutales circunstancias del atentado, y el hecho de que los abogados muertos se dedicaran, precisamente, a defender a trabajadores y miembros de asociaciones de vecinos -en un país donde cada año se producen unos 150.000 casos anuales en la jurisdicción laboral-, da la medida del porqué de tan masiva respuesta popular.

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Otros detalles podrían contribuir a calibrar dicha respuesta. Veintinueve minutos, exactamente, duró el desfile de más de quinientas coronas de flores en el entierro de los abogados. Este homenaje ha podido costar -aunque sea difícil evaluar precios con exactitud- unos tres millones y medio de pesetas, pagados por los trabajadores de numerosas empresas, organizaciones sindicales de diferentes ramas, miembros de asociaciones de vecinos, colegios de abogados e incluso los presos de Carabanchel.

A su vez, la respuesta popular se mantuvo a la altura de las graves circunstancias en que se producía. Varios factores se conjugaron para lograr no sólo un control perfecto, sino un silencio prácticamente total. El más importante lo constituyó el servicio de orden organizado por el PCE, y que integraban unas 4.000 personas.

Finalmente, en este caso, como en otros similares, se han discutido las cifras de asistentes. A falta de cálculos más precisos, no es aventurado establecer que la superficie ocupada por la concentración del miércoles abarcaba cerca de 12.000 metros cuadrados de la plaza de la Villa de París, 8.000 metros cuadrados en las dos bandas ocupadas por la calle Génova -cifra que, no incluye el centro de la calzada puesto que no se hallaba ocupada- y unos 2.000 metros cuadrado de la calle Sagasta, correspondien tes al trozo ocupado de esta última. Calculando cinco personas por metro cuadrado, se obtienen 110.000 personas.

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