Ruptura de las negociaciones del convenio de Astano

Después de cuatro días de huelga total en la factoría ferrolana de Astano ayer quedaron rotas las negociaciones para el convenio laboral en curso. Minutos más tarde de las catorce horas, las partes social y económica dieron por finalizada la última reunión, que terminó sin acuerdo y sin ánimo de volver a negociar de forma inmediata. Horas después, a las cuatro y media de la tarde los trabajadores conocían este resultado en una asamblea a la que asistieron más de 3.000 personas.Cabe pensar no obstante, según pudo averiguar EL PAÍS que las conversaciones podrían ser nuevamente reanudadas antes d...

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Después de cuatro días de huelga total en la factoría ferrolana de Astano ayer quedaron rotas las negociaciones para el convenio laboral en curso. Minutos más tarde de las catorce horas, las partes social y económica dieron por finalizada la última reunión, que terminó sin acuerdo y sin ánimo de volver a negociar de forma inmediata. Horas después, a las cuatro y media de la tarde los trabajadores conocían este resultado en una asamblea a la que asistieron más de 3.000 personas.Cabe pensar no obstante, según pudo averiguar EL PAÍS que las conversaciones podrían ser nuevamente reanudadas antes del próximo día 31, fecha en la que vence el plazo reglamentario de diez días previo a la decisión arbitral obligatoria.

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Xosé Díaz, asesor económico de la comisión laboral que negocia el convenio, declaró a última hora de ayer a EL PAÍS que los trabajadores decidieron no seguir la negociación ante la actitud de la empresa «que no hizo -son sus palabras- una propuesta seria, por cuanto sus ofertas se mantuvieron por debajo de lo que en su caso, ofrecería una decisión arbitral obligatoria».

La última oferta de la empresa comprendía un aumento anual de 60.000 pesetas, repartido en doce pagas. Por su parte, los trabajadores reclamaban incrementos de 6.000 pesetas mensuales para quince pagas al año, revisión de las variables (turno, tóxicos, horas extras, entre otros), jornada de 39 horas semanales para todo el personal y veinticinco días de vacaciones al año.

De fuentes especializadas recogió EL PAÍS el rumor de que la empresa podría estar interesada en el laudo, aun a sabiendas de que podría imponer condiciones más favorables para la parte social de las que ofrece ahora mismo la parte económica. Según esta hipótesis, la empresa trataría de presionar con ello a la Administración para obtener determinadas ventajas oficiales. La empresa, por otra parte, ha sancionado a algunos trabajadores con suspensión de empleo y sueldo por tres días a partir de hoy.

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