El País Vasco pide amnistía total

Los pasados días navideños han estado marcados en el País Vasco por numerosas acciones en demanda de amnistía para todos los presos políticos. Nuestros corresponsales en Bilbao, Jesús Ceberio, y San Sebastián, Genoveva Gaztaminza, relatan los incidentes que se registraron, cuyo balance arroja varios heridos, entre ellos, Ricardo Recarte, gravemente lesionado el pasado jueves en una manifestación en Parnplona.

En Pamplona las dos manifestaciones más concurridas tuvieron lugar en día de Navidad en pleno centro urbano, con participación de varios millares de personas, que fueron dispersada...

Los pasados días navideños han estado marcados en el País Vasco por numerosas acciones en demanda de amnistía para todos los presos políticos. Nuestros corresponsales en Bilbao, Jesús Ceberio, y San Sebastián, Genoveva Gaztaminza, relatan los incidentes que se registraron, cuyo balance arroja varios heridos, entre ellos, Ricardo Recarte, gravemente lesionado el pasado jueves en una manifestación en Parnplona.

En Pamplona las dos manifestaciones más concurridas tuvieron lugar en día de Navidad en pleno centro urbano, con participación de varios millares de personas, que fueron dispersadas con pelotas de goma. Ikurriñas y pancartas pro amnistía acompañaron al Olentaro, ya caída la tarde, hasta las inmediaciones del Gobierno Civil, donde la Policía Armada efectuó cargas y practicó varias detenciones. Los manifestantes cruzaron coches y lanzaron piedras contra la fuerza pública.También en Bilbao, los altercados más serios se produjeron el pasado viernes. Un niño de nueve años fue alcanzado por una botella arrojada desde una ventana contra un grupo de manifestantes que discurrían por la calle Gregorio de la Revilla. Estos arremetieron a pedradas contra la ventana que procedía la botella, produciendo rotura de cristales y destruyendo el portal. Otra persona, de 51 años, resultaría también alcanzada por una pidera.

Otros grupos se manifestaron con pancartas e ikurriñas por diversas zonas de la capital vizcaína, donde se sucedieron las cargas de la fuerza pública. Particularmente violenta fue la practicada en el barrio de Santuchu, contra un millar de personas, entre las que había numerosos niños. que celebraban la llegada del Olentzaro. La fuerza pública destruyó un árbol montado para recaudar fondos de ayuda con destino a los presos políticos.

En Vitoria se manifestaron también el pasado viernes unas quinientas personas, en la plaza de la Virgen Blanca. Las brigadas antidisturbios hicieron uso de bombas de humo y pelotas de goma, para disolver a los manifestantes, que cruzaron numerosos vehículos para cerrar el paso a los jeeps de la fuerza pública.

Más de mil personas se encerraron a las 9.30 de la noche en la iglesia de los padres jesuitas de San Sebastián, el día de Navidad, en apoyo de la campaña pro aninistía total. La convocatoria, había sido realizada por los miembros de la antigua gestora pro amnistía de Guipúzcoa y apoyada por las fuerzas políticas y sociales de la oposición vasca. A las once de la noche aproximadamente, la fuerza pública que acordonaba el interior de la iglesia obligó a desalojarla después de una tensa negociación entre la policía y los encerrados, que se negaban a abandonar el templo.

Lo más significativo de este acto es el haber unido en la acción a todas las fuerzas políticas y sindicales que configuran el complejo marco de la oposición vasca.

Asimismo, el acto recibía la adhesión de veintitrés alcaldes de la provincia que enviaron un comunicado a la iglesia en el que expresaban su apoyo a «todo movimiento en pro de nuestros derechos y fundamentalmente por la inmediata libertad de nuestros presos y exiliados políticos».

En la mañana del domingo, y tras la celebración de la misa de 11.30 en la misma iglesia de los padres jesuitas, unas 4.000 personas se concentraron en manifestación que comenzó a recorrer las calles de Garibay, avenida de España y Urbieta. Encabezaba una gran pancarta anunciando «Amnistía denontzat» (Amnistía para todos) y «Presoak kalera» (Presos a la calle). En los comienzos de la calle Urbieta apareció la fuerza pública, los manifestantes entonaron el himno «Eusko Gudariak», pero fueron inmediatamente disueltos por la fuerza pública. A partir de este momento, grupos de manifestantes dispersos por las calles del Ensanche donostiarra cruzaron coches en la calzada y, protagonizaron diversos enfrentamientos directos con las fuerzas del orden. En algún momento de nerviosismo hubo disparos de bala, pero no se lamentaron heridos ni hubo detenciones. Estos encuentros entre manifestantes y policía duraron toda la mañana y se reprodujeron a última hora, de la tarde en la parte vieja.