Huelga de celo y paros en Renfe

En apoyo de sus reivindicaciones económicas y sociales, los trabajadores de Renfe pertenecientes a veintidós provincias españolas secundaron ayer el llamamiento de dos horas de paro y la huelga de celo convocada por la comisión negociadora del convenio colectivo. Para hoy viernes está previsto aumentar el paro hasta cuatro horas, como ya anunció EL PAIS en su edición del pasado día 15.

Estas acciones, realizadas por los empleados de la mayoría de las secciones (especialmente talleres), han provocado retrasos en la salida y llegada de trenes cuya duración oscila entre la media y las cuat...

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En apoyo de sus reivindicaciones económicas y sociales, los trabajadores de Renfe pertenecientes a veintidós provincias españolas secundaron ayer el llamamiento de dos horas de paro y la huelga de celo convocada por la comisión negociadora del convenio colectivo. Para hoy viernes está previsto aumentar el paro hasta cuatro horas, como ya anunció EL PAIS en su edición del pasado día 15.

Estas acciones, realizadas por los empleados de la mayoría de las secciones (especialmente talleres), han provocado retrasos en la salida y llegada de trenes cuya duración oscila entre la media y las cuatro horas. Concretamente, en la estación de Irún, los trenes de mercancías no pudieron salir ayer a consecuencia de la huelga de Miranda de Ebro, en la provincia de Burgos, que impidió la llegada de las máquinas.El actual conflicto estriba en la negativa de la dirección de Renfe a aceptar las reivindicaciones planteadas por la comisión negociadora. Tras varios aumentos concedidos por la empresa sobre la oferta inicial de 4.000 pesetas, en una tercera reunión mantenida ayer, ésta ofreció un incremento lineal de 5.200 pesetas, a repartir entre quince mensualidades, frente a las 8.000 solicitadas por la parte social. Según informaron representantes de la comisión negociadora, la nueva propuesta no ha sido aceptada por los trabajadores, quienes se oponen, además, a unificar las últimas categorías profesionales en un sueldo de 23.000 pesetas, tal y como propone la parte económica.

Otra de las reivindicaciones sociales que más dificultan el acuerdo entre las partes, es la desaparición de la zanahoria. Esta es la denominación dada por los trabajadores a la gratificación voluntaria concedida por la empresa a 1.400 trabajadores (ingenieros y directivos) no incluidos en la reglamentación laboral de Renfe. Según informó un portavoz de la comisión social en una rueda de prensa celebrada ayer en Madrid, la zanahoria, distribuida desigualmente, supone 40.000 pesetas trimestrales para algunos trabajadores y unas 10.000 para otros. Los más beneficiados por este concepto discriminatorio son, en consecuencia, totalmente contrarios a integrarse en el convenio, según los citados medios.

Por último, en la rueda de prensa se señaló que el escaso porcentaje de ferroviarios depurados en la guerra civil (menos de treinta) que aún viven se reincorporarán en sus puestos a partir de enero próximo, previa presentación de un certificado que acredite su despido. Las citadas fuentes añadieron que Renfe considera «abandono voluntario del trabajo» a aquellos empleados que por su ideología política se vieron obligados a exiliarse, por lo que se encuentran excluidos de la amnistía laboral.

Por otra parte, según ha podido saber EL PÁIS en medios próximos a la dirección de Renfe, el ofrecimiento patronal hecho en la reunión de ayer supera en un 10% el montante de lo total ofertado anteriormente, mediante el incremento de los cuatrienios que anteriormente se pagaban al 4,5% y se elevan ahora al 5% y actualización de dietas, que se elevarán en un 20%.

Al menos cinco trenes de larga distancia han llegado a Madrid con un retraso que oscila entre media hora y una hora. El Ter de La Coruña-Vigo, con llegada a las 18.25 ' hizo su entrada en Madrid a las 19.20; el Talgo Cuenca-Valencia, que tiene prevista su llegada a las veinte hora de hizo con media hora de retraso; el Talgo Cádiz-Sevilla se retrasó veinticinco minutos; el Ter de Pamplona-Logroño era esperado, asimismo, con veinticinco minutos de retraso; el electrotren Oviedo-Gijón tenía prevista su entrada veinte minutos más tarde sobre su horario habitual. El Talgo de Barcelona llegó a su hora, las 18.57. Según fuentes laborales de Renfe, estos retrasos han sido motivados por la huelga de celo.

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