El pueblo español ama el diálogo y sabe ejercer la crítica

«España ha sufrido mucho. Nuestro deber no es combatirla. Hay que ayudarla a resucitar.». Con esta frase de un socialista de 85 años, dedicada a quienes regresan del exilio, cerró Juan Luis Cebrián, director de EL PAÍS, su disertación en la fundación Rumasa sobre el tema «Carta de mi país».

El conferenciante explicó durante tres cuartos de hora el fenómeno experimentado por las cartas al director, analizando el comportamiento y actitudes de los lectores de su periódico, que han enviado a más de 80.000 cartas al mismo, desde que apareció por vez primera el 4 de mayo de este mismo año....

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«España ha sufrido mucho. Nuestro deber no es combatirla. Hay que ayudarla a resucitar.». Con esta frase de un socialista de 85 años, dedicada a quienes regresan del exilio, cerró Juan Luis Cebrián, director de EL PAÍS, su disertación en la fundación Rumasa sobre el tema «Carta de mi país».

El conferenciante explicó durante tres cuartos de hora el fenómeno experimentado por las cartas al director, analizando el comportamiento y actitudes de los lectores de su periódico, que han enviado a más de 80.000 cartas al mismo, desde que apareció por vez primera el 4 de mayo de este mismo año.

Señaló que la libertad de expresión fue una de las más duramente aplastada por el viejo Régimen, s puso de relieve la escasa comunicación que hasta hoy había existido en España entre los periódicos y sus lectores. «No existía opinión pública en España, no se la dejaba existir, y ése era el mejor argumento y la mejor excusa de quienes se mostraban dispuestos a mantener sus privilegios de poder.». Tras leer una selección de diversas cartas inéditas de los lectores de EL PAÍS, el director del periódico señaló que «nuestro pueblo ni es iletrado ni está poco preparado para la democracia. Es un pueblo que ama el diálogo y desea practicarlo y sabe ejercer un sentido crítico tan acerbo como sea preciso y tan ponderado como sea conveniente».

Por último señaló que «España está en trance de crear una democracia, pero la ocasión debería ser utilizada para crear un modelo mejorado de democracia». Puso de relieve la juventud de la población española actual y de sus cuadros dirigentes y la importancia de que los líderes políticos se acerquen a los problemas inmediatos de la calle, empachados como están de formulaciones teóricas y promesas abstractas.

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