La "inversión térmica", causa del aumento grave de la contaminación atmosférica

La llamada inversión térmica, que se produce por las mañanas, en Madrid, tras una noche extremadamente fría, es la primera causante de una súbita elevación de los niveles de contaminación en la ciudad, tal como ocurrió anteayer (véase EL PAIS de ayer, primera página).Una noche en la que el frío que hace en la ciudad es grande, las capas bajas de la atmósfera, así como el suelo, se enfrían en gran medida. Por la mañana, cuando los rayos solares empiezan a calentar lo primero que ve elevada su temperatura son, precisamente, esas capas bajas atmosféricas, en tanto que, a nivel del suelo, l...

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La llamada inversión térmica, que se produce por las mañanas, en Madrid, tras una noche extremadamente fría, es la primera causante de una súbita elevación de los niveles de contaminación en la ciudad, tal como ocurrió anteayer (véase EL PAIS de ayer, primera página).Una noche en la que el frío que hace en la ciudad es grande, las capas bajas de la atmósfera, así como el suelo, se enfrían en gran medida. Por la mañana, cuando los rayos solares empiezan a calentar lo primero que ve elevada su temperatura son, precisamente, esas capas bajas atmosféricas, en tanto que, a nivel del suelo, la temperatura sigue siendo prácticamente la misma. Dado que la situación normal que se produce es todo lo contrario, ésta se conoce con el nombre de inversión térmica.

Cuando se llega a esta situación, los humos que, al ser calientes y pesar menos que el aire, tienden a subir, se encuentran, a niveles más altos de la atmósfera que en los que son emitidos, con una capa de aire más caliente que el que se encuentra a ras de suelo. Al producirse el choque entre humos -calientes-, aquellos vuelven a bajar y a invertir su tendencia a subir por otra de signo contrario: hacia el suelo.

Dado que la situación meteorológica actual es de estabilidad, la situación de la contaminación es de esperar que no sufra grandes variaciones y se mantenga, durante los próximos meses. En los dos últimos años, la situación de la contaminación en la ciudad alcanzó los límites máximos tolerables de contaminación -emergencia de tercer grado- alrededor de la festividad de los Reyes Magos. De seguir la tendencia iniciada anteayer no sería extraño que este año, a lo mejor en las mismas fechas, el fenómeno se volviera a repetir.

La situación actual -emergencia de primer orden- supone únicamente una alerta en los servicios municipales encargados del control de la contaminación, pero no tiene por qué afectar directamente a los ciudadanos, a menos que puedan tener una cierta predisposición a verse particularmente afectados por padecer algún tipo de enfermedad respiratoria.

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