Cartas al director

¡Pobre patrimonio artístico!

En las últimas fiestas, mi mujer y yo decidimos visitar la zona limítrofe de las provincias de Ávila y Cáceres. El día 11 concretamente, fuimos a visitar el Monasterio de Yuste. El panorama que ofrecía la parte destinada a la residencia de Carlos I, principalmente, solamente puede expresarse con una palabra: desolador. A la entrada recibimos una buena ducha con las abundantes goteras allí existente que, lógicamente, no benefician ni al artesonado del techo, ni a los elementos allí existentes por la abundante humedad. Al no existir instalación eléctrica (o si la hay, en los momentos de nuestra ...

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En las últimas fiestas, mi mujer y yo decidimos visitar la zona limítrofe de las provincias de Ávila y Cáceres. El día 11 concretamente, fuimos a visitar el Monasterio de Yuste. El panorama que ofrecía la parte destinada a la residencia de Carlos I, principalmente, solamente puede expresarse con una palabra: desolador. A la entrada recibimos una buena ducha con las abundantes goteras allí existente que, lógicamente, no benefician ni al artesonado del techo, ni a los elementos allí existentes por la abundante humedad. Al no existir instalación eléctrica (o si la hay, en los momentos de nuestra visita no funcionó) resulta imposible captar una multitud de detalles.

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