Dimite el presidente de Irlanda

El presidente de la República de Irlanda, Caerbhall O'Dalaigh, dimitió ayer de su cargo como protesta por el insulto que hace unos días le dirigió un miembro del Gobierno, el ministro de Defensa, Donegan, quien lo llamó en público «una vergonzosa desgracia». Esta es una situación constitucional sin precedentes en la historia del Eire.O'Dalaigh había pospuesto la firma de una legislación antiterrorista aprobada ya por el Parlamento y que él no quiso ratificar hasta que el Tribunal Supremo la declarara constitucional.

Esta actitud indignó al ministro Donegan, quien expresó su desagrado en...

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El presidente de la República de Irlanda, Caerbhall O'Dalaigh, dimitió ayer de su cargo como protesta por el insulto que hace unos días le dirigió un miembro del Gobierno, el ministro de Defensa, Donegan, quien lo llamó en público «una vergonzosa desgracia». Esta es una situación constitucional sin precedentes en la historia del Eire.O'Dalaigh había pospuesto la firma de una legislación antiterrorista aprobada ya por el Parlamento y que él no quiso ratificar hasta que el Tribunal Supremo la declarara constitucional.

Esta actitud indignó al ministro Donegan, quien expresó su desagrado en una celebración militar. Después, el ministro pidió disculpas al presidente, pero éste esperaba, al parecer, que el Gobierno decidiera la dimisión de Donegan, cuya referencia insultante a O'Dalaigh causó sorpresa e indignación en el país.

Sin embargo, en lugar de despedirlo, el Gobierno apoyó al ministro de Defensa, y veinticuatro horas antes de la renuncia del propio O'Dalaigh, el Parlamento votó en contra de una moción en la que la oposición exigía la expulsión de Donegan del Gabinete.

En Dublín se preguntaba la prensa estos días cómo era posible que un hombre que formaba parte de un Gobierno que ha introducido medidas radicales contra la subversión, se atreviera a insultar al propio salvaguarda de la Constitución que al mismo tiempo es el comandante en jefe nato del Ejército.

O'Dalaigh llevaba menos de un año en su cargo. Es considerado en Irlanda como la persona ideal para ocupar el puesto de presidente de la República. Antes ocupó varias responsabilidades judiciales en su país y hasta el año pasado era juez de la Corte Europea en Luxemburgo.

Desde hace algunos años se había retirado de la política activa, aunque perteneció al partido que ahora está en la oposición, el Fianna Fail.

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Posibilidad de nuevas elecciones

El presidente llegó al cargo del que ahora dimite por acuerdo de los partidos principales, cuando se produjo la muerte: de su antecesor, Irskine Childers. En, aquel entonces el Gobierno decidió que el país no estaba en condiciones de enfrentarse a unas elecciones y las evitó de aquel modo. Ahora puede encontrarse ante una solución parecida, porque el país sigue sin estar para consultas populares. En este momento se hace cargo de la, presidencia de la República una comisión compuesta por el presidente del Tribunal Supremo y el del Parlamento. Esta comisión tiene que convocar elecciones dentro de 60 días, siempre que los partidos no acuerden el sucesor de O'Dalaigh.Anoche se especulaba con la posibilidad de que el Gobierno considerase muy pronto su propia dimisión, porque ha sido el que ha provocado esta crisis constitucional.

Si las elecciones tienen lugar, es probable también que se presente de nuevo O'Dalaigh y entonces éste tendría la oportunidad de recibir el consenso popular del que ahora carece. Se cree aquí en Dublín que el aprecio de los irlandeses por su presidente ha sido incrementado ahora por la repercusión que ha tenido el insulto del ministro de Defensa, del cual se publican estos días las críticas más feroces en la prensa irlandesa, aunque hasta ahora se había creído que el tema se iba a resolver sin problemas tan graves como el que ayer planteó O'Dalaigh.

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