Tribuna:

Alfonso merecía más

En Badalona, yo diría que discretamente, se ha despedido del baloncesto español Alfonso, Martínez. En Badalona han dicho adiós a un hombre que por su valía profesional merecía un aplauso más sonoro, un reconocimiento más general, un homenaje al estilo de los que se dedican a otros deportistas más complacientes.

Sé que en el historial de Alfonso ha habido algunos detalles poco convincentes, pero deportivamente merecía un mayor reconocimiento. Otros deportistas han tenido iguales o parecidas debilidades y a la hora de la despedida han quedado olvidadas.

Alfonso se hizo como jug...

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En Badalona, yo diría que discretamente, se ha despedido del baloncesto español Alfonso, Martínez. En Badalona han dicho adiós a un hombre que por su valía profesional merecía un aplauso más sonoro, un reconocimiento más general, un homenaje al estilo de los que se dedican a otros deportistas más complacientes.

Sé que en el historial de Alfonso ha habido algunos detalles poco convincentes, pero deportivamente merecía un mayor reconocimiento. Otros deportistas han tenido iguales o parecidas debilidades y a la hora de la despedida han quedado olvidadas.

Alfonso se hizo como jugador internacional en la peor época del baloncesto español. Cuando nuestros mejores encestadores rondaban la canijez, él era nuestra única torre. Alfonso fue internacional en el tiempo en que se podía jugar al baloncesto y ser amateur. Su retirada marca un hito quizá inigualable; ha sido el único baloncestista que ha tomado parte en todas las Ligas nacionales disputadas hasta el momento.

A Alfonso se le negó incluso la posibilidad de jugar un par de encuentros internacionales más, para que, dentro de la Asociación Española de Baloncestistas Internacionales. no pudiera alcanzar la categoría de los privilegiados. Ahora se le ha negado un homenaje nacional a bombo y platillos. No quiero restar importancia al acto de Badalona, que lo tiene, pero quiero llamar la atención sobre el hecho de que a nivel oficial no haya habido el entusiasmo de otras veces. La rebeldía se paga, porque hay quienes no perdonan.

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