Los gaullistas venderán cara su colaboración con Giscard

«Fuera de los gaullistas, no hay nada sólido en la coalición gubernamental». Con ésta y otras frases por el estilo el secretario general del Partido Gaullista «UDR» cerró la reunión de los parlamentarios del movimiento celebrada en la localidad de Rocamadour. Como se ve, el señor Yves Guena no se mostró, en su discurso de clausura, demasiado complaciente para con los restantes partidos de la coalición gubernamental. Tras el lanzamiento a bombo y platillo del «plan Barre». y la aparición en la televisión del presidente Giscard, los gaullistas parecen dispuestos a vender cara su colaboración. El...

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«Fuera de los gaullistas, no hay nada sólido en la coalición gubernamental». Con ésta y otras frases por el estilo el secretario general del Partido Gaullista «UDR» cerró la reunión de los parlamentarios del movimiento celebrada en la localidad de Rocamadour. Como se ve, el señor Yves Guena no se mostró, en su discurso de clausura, demasiado complaciente para con los restantes partidos de la coalición gubernamental. Tras el lanzamiento a bombo y platillo del «plan Barre». y la aparición en la televisión del presidente Giscard, los gaullistas parecen dispuestos a vender cara su colaboración. El ex primer ministro Jacques Chirac no ha estado presente en la reunión de Rocamadour, pero su sombra ha planeado sobre el descontento gaullista, como la de un posible salvador.

Los gaullistas, que se sienten depositarios y herederos del legado de la V República -y que son el grupo más numeroso del Parlamento, con 181 diputados, esencial para la vida del Gobierno- han visto cómo se escapaban de sus manos los puestos claves del poder: primero fue la Presidencia de la República con la elección de Giscard d'Estaing, después con la sustitución de Jacques Chirac por Raymond Barre han perdido la jefatura del Gobierno. El horno no está, pues para muchos bollos. Lo paradójico es que no fue precisamente Jacques Chirac la pieza clave en la colaboración entre los gaullistas y Giscard. Una vez Giscard en el poder, y Chirac entronizado como primer ministro, fue el encargadc de someter a la UDR a la disciplina presidencial.En los dos años y medio de su mandato, Chirac ha mostrado ser un político enérgico y contundente, barriendo obstáculos de la manera más expeditiva. Y su salida del Gobierno no ha sido un cese sino una dimisión, con la cual se ha aureolado de un aura de independencia frente a Giscard que no ha caído mal en las filas gaullistas.

Jacques Chirac se ha lanzado ahora a una nueva batalla, en los precisos momentos en los que el presidente Giscard lanzaba un llamamiento a sus partidarios para que cesaran las luchas políticas entre sí.

Chirae ha propuesto a los parlamentarios gaullistas que se celebre un Congreso Nacional de la «UDR» antes de final de año.

Giscard envió a Rocamadour al propio Raymond Barre -que fue bien recibido, pues citó en su discurso a De Gaulle y Pompidou en exceso, y hasta rindió homenaje a la labor de Chirac-, y a algunos gaullistas «giscardizados», como el ministro Olivier Guichard, pero el nombre del presidente de la Republica no fue citado ni una sola vez por ningún orador y las críticas a la acción presidencial fueron numerosas.

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