Tribuna:

Viejo, grande y bueno

José Angel Iríbar Cortajarena no necesitará la influencia de San Mamés para encontrar el visto bueno de San Pedro. José Angel es fundamentalmente un hombre bueno. Es más que el mejor portero de los últimos veinte años, una de las grandes figuras humanas que ha tenido el deporte español.El fran partido de Iríbar ha sido el de su propia lucha interior. De un lado ha querido ser el deportista, el jugador incapaz de crear incitaciones, y de ahí que no haya recibido castigos formales por parte del Comité de Competicion. De otro, no ha querido vivir a espaldas del pueblo vasco, al que pertenece y co...

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José Angel Iríbar Cortajarena no necesitará la influencia de San Mamés para encontrar el visto bueno de San Pedro. José Angel es fundamentalmente un hombre bueno. Es más que el mejor portero de los últimos veinte años, una de las grandes figuras humanas que ha tenido el deporte español.El fran partido de Iríbar ha sido el de su propia lucha interior. De un lado ha querido ser el deportista, el jugador incapaz de crear incitaciones, y de ahí que no haya recibido castigos formales por parte del Comité de Competicion. De otro, no ha querido vivir a espaldas del pueblo vasco, al que pertenece y con el que se siente plenamente identificado.

Hace unos días surgió la noticia de que había aceptado formar parte de la junta vizcaína pro-amnistía. Encaja perfectamente en su contexto sentimental. Pero para poner las cosas en su sitio hay que decir de Iríbar que está más cerca del Guernica-Ko Arbola que del Eusko Gudariak.

Jose Angel ha sido noticia esta semana por su exclusión de la selección nacional. Es la primera vez que Kubala prescinde deliberadamente de él. Sus ausencias anteriores habían sido debidas a lesiones o enfermedades. Por primera vez en muchos años, la figura del Chopo no cubrirá la meta espaiñola.

Con todos los respetos para Miguel Angel y Arconada, Iríbar es todavía Iríbar. Y, además, es un símbolo que infunde respeto.

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