GENTE

Carlo Mondi,

párroco de Berra, cerca de Ferrara, en Italia, se eleva en éxtasis durante la consagración de la misa, a unos veinte centímetros del suelo. El fenómeno viene ocurriendo desde hace varios meses. El padre Mondin, que era un hombre robusto y de buena salud, come ahora una sola vez a la semana, con lo que ha perdido fuerzas y envejecido notablemente. Se dice que ha sanado a una paralítica y devuelto la vista a un ciego y que si dirige la mirada a una persona al concluir la misa, aquélla se siente compelida a confesarse de inmediato, con lo que se habrían producido numerosos casos de arrepentimient...

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párroco de Berra, cerca de Ferrara, en Italia, se eleva en éxtasis durante la consagración de la misa, a unos veinte centímetros del suelo. El fenómeno viene ocurriendo desde hace varios meses. El padre Mondin, que era un hombre robusto y de buena salud, come ahora una sola vez a la semana, con lo que ha perdido fuerzas y envejecido notablemente. Se dice que ha sanado a una paralítica y devuelto la vista a un ciego y que si dirige la mirada a una persona al concluir la misa, aquélla se siente compelida a confesarse de inmediato, con lo que se habrían producido numerosos casos de arrepentimiento.

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