El Gobierno podría declarar el estado de emergencia en Gran Bretaña

El Gobierno de Callaghan podría declarar el estado de emergencia en Gran Bretaña si la huelga de los marinos mercantes, anunciada para el sábado, se lleva, por fin, a cabo. Si se produce, el primer ministro esperaría hasta una semana para tomar una acción de esa naturaleza.

Mientras tanto, confía en que los jefes del Congreso Sindical, que siguen reunidos en Brighton, sean capaces de convencer a los protagonistas de la huelga para que reconsideren su postura y se presten a nuevas negociaciones.El TUC ha condenado la huelga. Previamente desautorizó lo que los trabajadores pedían. El Cong...

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El Gobierno de Callaghan podría declarar el estado de emergencia en Gran Bretaña si la huelga de los marinos mercantes, anunciada para el sábado, se lleva, por fin, a cabo. Si se produce, el primer ministro esperaría hasta una semana para tomar una acción de esa naturaleza.

Mientras tanto, confía en que los jefes del Congreso Sindical, que siguen reunidos en Brighton, sean capaces de convencer a los protagonistas de la huelga para que reconsideren su postura y se presten a nuevas negociaciones.El TUC ha condenado la huelga. Previamente desautorizó lo que los trabajadores pedían. El Congreso Sindical considera que las peticiones de los marinos van en contra de lo estipulado sobre sueldos en el contexto del contrato social, que el Gobierno y los sindicatos acaban de renovar.

La posición de los trabajadores que piden aumentos legales, según ellos, es firme. La de los jerarcas sindicales, que han negado su apoyo formal a los huelguistas, también lo es. En esa atmósfera parece imposible otra salida que la huelga anunciada el miércoles.

La huelga puede conducir a la Administración de Callaghan a una situación parecida a la que obligó a Wilson a declarar en 1966 un estado de emergencia que aún coleó quince meses más tarde, cuando el Gobierno laborista de entonces, en el que también figuraba Callaghan, tuvo que devaluar la libra.

Políticamente, el Gobierno de Callaghan puede salir muy malparado de esta situación. Según se interpreta en los círculos oficiales, detrás de la huelga hay políticos de izquierdas que han decidido que los trabajadores no tienen por qué mostrar indefinidamente su lealtad a la Administración laborista.

La decisión de los marinos mercantes, desafiando a los sindicatos y poniendo en peligro al Gobierno, ha sido condenada por casi toda la prensa, excepto por el órgano comunista Morning Star.

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