Tensiones entre los procuradores en Cortes

En el palacio de las Cortes se registraron ayer fricciones entre los procuradores reformistas, partidarios de la democratización de la vida política española, y los procuradores de los sectores más conservadores del sistema. Tanto en la elección de consejeros del Reino como en la sesión de la Comisión de Asuntos Exteriores, se produjeron tensiones.La elección de dos consejeros del Reino originó altercados y se intentó privar de la palabra a Escudero, que pedía la eliminación del alto Consejo. La Comisión de Asuntos Exteriores, reunida para opinar sobre la ratificación del Tratado con Estados U...

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En el palacio de las Cortes se registraron ayer fricciones entre los procuradores reformistas, partidarios de la democratización de la vida política española, y los procuradores de los sectores más conservadores del sistema. Tanto en la elección de consejeros del Reino como en la sesión de la Comisión de Asuntos Exteriores, se produjeron tensiones.La elección de dos consejeros del Reino originó altercados y se intentó privar de la palabra a Escudero, que pedía la eliminación del alto Consejo. La Comisión de Asuntos Exteriores, reunida para opinar sobre la ratificación del Tratado con Estados Unidos, terminó aprobando una moción contra la injerencia del Senado USA en los asuntos internos españoles, por haber declarado que esperaba que España marchara hacia instituciones libres.

La actividad fue intensa ayer en el palacio de la Carrera de San Jerónimo, sede de las Cortes. Por la mañana, se eligieron dos consejeros del Reino -para cubrir sendas vacantes producidas por García-Lomas y De la Mata-, en representación de los procuradores de la Administración Local y de la familia. Resultaron elegidos, respectivamente, Miguel Ramón Izquierdo, alcalde de Valencia, y Alvaro Lapuerta, procurador familiar por Logroño.

Antes de la elección se produjo un incidente, cuando Escudero logró leer a duras penas un escrito -firmado por once procuradores solicitando la inmediata desaparición del Consejo del Reino, por encontrarse al margen de la vida política española. Se pedía la dimisión de Viola, quien intentaba tapar el micrófono a Escudero,, mientras Esperabé gritaba: « ¡Viola, dimite, la familia no te admite! »

Por la tarde, la Comisión de Asuntos Exteriores -ante la que el ministro Oreja pronunció un discurso acogido fríamente- ratificó el Tratado de Amistad y Cooperación con Estados Unidos. A propuesta de Gonzalo Fernández de la Mora y José Ignacio Escobar Kirpatrick, se aprobó también una moción por la que se contesta a la declaración del Senado norteamericano en la que se expresaba el deseo de que el Tratado sirva para promover y apoyar la marcha de España hacia instituciones libres.

Escudero y Esperabé votaron en contra de la moción, por entender que es tarde para que el régimen español se queje de las injerencias norteamericanas y precisamente cuando se trata de apoyar nuestra democratización.

Información en

págs. 7 y 8

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