Cartas al director

Las mujeres y el Gobierno

Como parte de esa mitad femenina del país a la que alude Ricardo de la Cierva en su artículo «¡Qué error... etcétera!» aparecido el pasado día 8, quisiera agradecer al señor La Cierva su enorme preocupación por nuestra no representación en el Gobierno. No obstante, y con el deseo de mitigar su loable congoja por semejante exclusión, me veo obligada a manifestarle que, personalmente, no sólo no me ofende lo más mínimo que no se hayan acordado de nosotras, sino que puedo asegurarle que, en estos momentos, miles de hermanas españolas derivamos un especial orgullo de no pertenecer al mismo sexo qu...

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Como parte de esa mitad femenina del país a la que alude Ricardo de la Cierva en su artículo «¡Qué error... etcétera!» aparecido el pasado día 8, quisiera agradecer al señor La Cierva su enorme preocupación por nuestra no representación en el Gobierno. No obstante, y con el deseo de mitigar su loable congoja por semejante exclusión, me veo obligada a manifestarle que, personalmente, no sólo no me ofende lo más mínimo que no se hayan acordado de nosotras, sino que puedo asegurarle que, en estos momentos, miles de hermanas españolas derivamos un especial orgullo de no pertenecer al mismo sexo que los señores del Gobierno.Por lo demás, creo que esjusticia reconocer que nuestra marginación no tiene las mismas causas que las de las demás categorías de españoles que el señor La Cierva menciona. Como usted sabe, en Avila, desde Santa Teresa, lo del antifeminismo no tiene mucho cartel. Y estoy segura que si no se han ofrecido carteras a las señoras Landáburu y Plaza, por ejemplo, ha sido por simple olvido y no por deliberada intención.

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