Manifestación de 12.000 enseñantes ayer en Madrid

«Acabamos de ejercitar un derecho de manifestación pacífica, negado durante muchos años, pero logrado gracias a la presión del pueblo», afirmó Luis Gómez-Llorente, vicedecano del Colegio de Doctores y Licenciados, subido en un banco de la calle García Morato, dirigiéndose con un megáfono a unos 12.000 manifestantes de enseñanza. La manifestación, convocada por el decano del Colegio de Doctores y Licenciados como primer firmante y por profesores de enseñanza privada y estatal, asociaciones de padres de alumnos, asociaciones de vecinos y asociaciones de amas de casa, comenzó a las siete de la ta...

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«Acabamos de ejercitar un derecho de manifestación pacífica, negado durante muchos años, pero logrado gracias a la presión del pueblo», afirmó Luis Gómez-Llorente, vicedecano del Colegio de Doctores y Licenciados, subido en un banco de la calle García Morato, dirigiéndose con un megáfono a unos 12.000 manifestantes de enseñanza. La manifestación, convocada por el decano del Colegio de Doctores y Licenciados como primer firmante y por profesores de enseñanza privada y estatal, asociaciones de padres de alumnos, asociaciones de vecinos y asociaciones de amas de casa, comenzó a las siete de la tarde en la madrileña glorieta de Iglesia.

Los manifestantes portaban numerosas pancartas y proferían gritos como El pueblo grita escuela gratuita, Enseñanza popular, No a los despidos, Guarderías infantiles, Enseñanza para los obreros y Gestión democrática. Encabezaba la manifestación, en fila cerrada, Eloy Terrón, decano; Carmen Méndez, presidente de la Asociación de Amas de Casa; Luis Gómez-Llorente, vicedecano; demás miembros de la Junta de Gobierno y presidentes de las diversas asociaciones aludidas.

Los manifestantes avanzaron por la calle García Morato, siendo muy aplaudidos por las personas, que al oír los gritos se asomaban a las ventanas, incluidos los bomberos de un cuartel. Un miembro de la policía armada se dirigió a la cabeza de la manifestación instando a los participantes a proseguirla en silencio.

Los servicios de orden de la manifestación pidieron a las aproximadamente 400 filas de 30 personas que la constituían que continuaran en silencio hasta su punto final, en la confluencia de Garcia Morato con Ríos Rosas. Los manifestantes siguieron estas indicaciones y se abstuvieron de proferir gritos, limitándose a hacer con las manos el signo de la victoria, mientras proseguían los aplausos de los espectadores.

A las ocho en punto la manifestación llegaba a su punto de destino, momento en el que Luis Gómez-Llorente cerró la reunión pública diciendo, entre otras cosas: «Hemos sido pacíficos y congruentes, pero nos damos cuenta que queda mucho camino por recorrer. Los slogans que hemos gritado, escuela gratuita y enseñanza democrática, no son posibles en esta España. Sólo caben en una nueva España democrática. ¡Viva la ruptura democrática! » Dicho esto, los manifestantes se disolvieron rápidamente, sin que tuvieran que actuar los gruesos contingentes de fuerza pública estacionados en el lugar.

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