Pablo Azcárate institucionalizó la paz, basada en el derecho

«He escrito una pequeña introducción al libro de mi padre, en la que trazó una semblanza biográfica -declaró a EL PAIS Manuel de Azcárate en el acto de presentación del libro Mi embajada en Londres durante la guerra civil española, de Pablo de Azcárate-. Era un hombre formado en la Institución Libre de Enseñanza, sobrino de Gumersindo de Azcárate, y que muy joven pasó a trabajar en la Sociedad de Naciones. En 1917 militó en el Partido Reformista de Melquíades Alvarez, pero su vida la dedicó fundamentalmente al organismo supranacional, en el que llegó a ocupar la secretaría general adju...

«He escrito una pequeña introducción al libro de mi padre, en la que trazó una semblanza biográfica -declaró a EL PAIS Manuel de Azcárate en el acto de presentación del libro Mi embajada en Londres durante la guerra civil española, de Pablo de Azcárate-. Era un hombre formado en la Institución Libre de Enseñanza, sobrino de Gumersindo de Azcárate, y que muy joven pasó a trabajar en la Sociedad de Naciones. En 1917 militó en el Partido Reformista de Melquíades Alvarez, pero su vida la dedicó fundamentalmente al organismo supranacional, en el que llegó a ocupar la secretaría general adjunta, puesto al que renunció cuando el Gobierno le pidió que ocupara la embajada en Londres, del 37 al 39».El acto, celebrado en el Ateneo de Madrid, estaba presidido por Mariano Aguilar Navarro que hizo la presentación del libro.

«Para mí, - Azcárate como internacionalista -declararía a EL PAIS el catedrático de Derecho Internacional Público- tuvo la cualidad de ser el primero en experimentar la institucionalización de la paz, no una paz idealista o utópica, sino basada en el derecho. Durante su etapa en la Sociedad de Naciones aplica una, política internacional que es algo distinto a una política exterior. En dicho organismo vivió tres cuestiones capitales que creo gozan de absoluta actualidad: el problema de las minorías nacionales, la guerra civil española y el conflicto palestino, ya que fue secretario de la comisión de conciliación, en 1947.

Roberto Mesa, que completaba la tripleta presidencial, declaró a EL PAIS: «Creo que Azcárate desempeñó un puesto muy difícil durante la guerra civil ya que Londres era la sede del comité de la no-intervención durante la contienda. Denunció en numerosas ocasiones la violación de la no-intervención por parte de Alemania e Italia. Realizó numerosos esfuerzos, siguiendo las instrucciones del Gobierno, para conseguir el fin de la guerra, y además, al igual que Negrín, fue consciente del carácter experimental del conflicto español ante la inminente segunda guerra mundial".