Un partido de las pequeñas ciudades
La progresión electoral del Partido Comunista italiano en los últimos años ha sido espectacular. Del 27,2 por 100 de votos conseguidos en las elecciones legislativas de mayo de 1972, el, PCI pasó a más del 33 por 100 en los comicios regionales administrativos de junio de 1975.Los propios comunistas italianos confiesan, sin embargo, que este último porcentaje no es del todo revelador, porque en aquellas elecciones no participaron regiones con estatuto especial y en las cuales la implantación del PCI es menor a la media nacional. Por esta razón, los comunistas italianos se conforman con repetir,...
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La progresión electoral del Partido Comunista italiano en los últimos años ha sido espectacular. Del 27,2 por 100 de votos conseguidos en las elecciones legislativas de mayo de 1972, el, PCI pasó a más del 33 por 100 en los comicios regionales administrativos de junio de 1975.Los propios comunistas italianos confiesan, sin embargo, que este último porcentaje no es del todo revelador, porque en aquellas elecciones no participaron regiones con estatuto especial y en las cuales la implantación del PCI es menor a la media nacional. Por esta razón, los comunistas italianos se conforman con repetir, en las elecciones del próximo día 20, el porcentaje del año pasado.
El voto de los comunistas en 1972, dividido por centros de población, fue el siguiente:
1. Las once ciudades más importantes (20,3 del electorado): 20,2 por ciento.
2. Capitales de provincia (14,7 del electorado): 14,7 por 100.
3. Ciudades de menos de 10.000 habitantes (29,9 del electorado): 34,2 por 100.
4. Ciudades de menos de 10.000 habitantes (35,1 del electorado): 30,9 de los votos.
De esta distribución de votos se deduce que el Partido Comunista Italiano. no es típicamente urbano, ya que en las once mayores ciudades del país su presencia global no alcanza la media nacional del voto comunista (27,7 en aquellas fechas). Tiene ciudadelas o fortalezas en grandes metrópolis del norte, en barrios con fuerte tradición comunista,Y controla la ciudad de Bolonia, cuyo alcalde es comunista.
La base del partido se encuentra en centros urbanos de dimensiones menores, pero se puede decir que todas las grandes ciudades tienen un «cinturón rojo» con un voto comunista muy estable.