Lucha por el poder en Japón

La lucha por el poder entre las facciones del Partido del Gobierno japonés (actualmente en el poder) para la sucesión del primer ministro Takeo Miki, ha comenzado como una consecuencia directa de escándalo Lockheed.Hace unos días se celebraron una serie de reuniones secretas entre los jefes de las diferentes facciones, el vicepresidente Fukuda, el ministro de Hacienda, Ohira, el antecesor de Miki, dimitido en diciembre de 1974, Kakuei Tanaka, a ellos se unió el vicepresidente de Partido y eminencia gris del mismo, Shiina.

El objeto de las diferentes reuniones era buscar una estrategia...

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La lucha por el poder entre las facciones del Partido del Gobierno japonés (actualmente en el poder) para la sucesión del primer ministro Takeo Miki, ha comenzado como una consecuencia directa de escándalo Lockheed.Hace unos días se celebraron una serie de reuniones secretas entre los jefes de las diferentes facciones, el vicepresidente Fukuda, el ministro de Hacienda, Ohira, el antecesor de Miki, dimitido en diciembre de 1974, Kakuei Tanaka, a ellos se unió el vicepresidente de Partido y eminencia gris del mismo, Shiina.

El objeto de las diferentes reuniones era buscar una estrategia

común para forzar lo antes posible a Takeo Miki a que presente la dimisión y se forme un nuevo Gobierno, que intente superar lo

efectos del escándalo y reivindicarse ante el electorado de cara

unas elecciones generales para otoño, que tuvieran la facultad de

hacer borrón y cuenta nueva.

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Los nombres que suenan con mayor insistencia para sustituir a Miki son Fakuda y Ohira, pero no se descarta a los tecnócratas, Shiina y Horis. Sin embargo, conviene contar con el propio Miki, quien, manifestó que estaba dispuesto luchar por mantenerse.

Tanaka y sus amigos serian partidarios de un Gobierno transitorio de Fukuda, que diese paso a otro presidido por Ohira. Los dos últimos hombres creen ver en esta solución una medida para dividirlo y están dispuestos a unir, sus fuerzas.

Si bien, no se descarta que Tanaka, principal implicado en el asunto Lockheed, intentara, para no quedarse solo, una alianza con Fukuda. Por encima de todo este juego político se encuentra el oportunista del Partido, su secretario general, Nakasone.

Todos los hombres importantes del Partido del Gobierno están de acuerdo en una sola cosa: reprochar a Miki su gestión parlamentaria, acusándole de ineficaz y débil.

Pero el primer ministro tiene su propias armas y se especula con la posibilidad de que haga ciertas revelaciones sobre Tanaka.

En fin, el Partido del Gobierno quiere lavarse del asunto Locheed a través de un chivo expiatorio, en este caso Miki, a quien se le obligaría a hacerse el harakiri político para salvar el Partido. Solución típicamente japonesa.

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