GENTE

Abdelkader Ben Salam

es un súbdito marroquí de veintiocho años que puede estar muy agradecido a Alá: ayer le pasó un tren Talgo sobre su cuerpo y no tiene ni un rasguño. Abdelkader aprovechó una parada del tren en Burgos para comprar unas postales. Se dio cuenta de que el tren se ponía en marcha, e intentó cogerlo. Resbaló y cayó a la vía, pero con tanta fortuna que lo hizo entre la vía y el borde del andén....

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

es un súbdito marroquí de veintiocho años que puede estar muy agradecido a Alá: ayer le pasó un tren Talgo sobre su cuerpo y no tiene ni un rasguño. Abdelkader aprovechó una parada del tren en Burgos para comprar unas postales. Se dio cuenta de que el tren se ponía en marcha, e intentó cogerlo. Resbaló y cayó a la vía, pero con tanta fortuna que lo hizo entre la vía y el borde del andén.

Archivado En