Paolini y Krejcikova en la final, giros y más giros en la ruleta de Londres
La italiana y la checa remontan a Vekic (2-6, 6-4 y 7-6(8) y Rybakina (3-6, 6-3 y 6-4), y el torneo británico coronará por octavo año consecutivo a una nueva campeona
Wimbledon, la caja de las sorpresas. Difícil, muy difícil imaginar de antemano la final que protagonizarán este sábado Jasmine Paolini y Barbora Krejcikova. No por falta de calidad, la segunda de ellas, excelente jugadora y campeona de Roland Garros hace tres años; a partir de ahí, insalvable la frontera de los cuartos en los majors y caídas tempranas, primeras y segundas rondas. Tampoco porque la italiana sea una novedad en el cartel, dado que hace un mes ya participó del desenlace en París pero, hasta entonces, secundaria en un circuito que ya ha perfilado una nueva jerarquía —Swiatek, Sabalenka, Gauff y Rybakina claramente por encima del resto— y en el que, aún así, continúa sin encontrar una gobernadora firme en Londres.
Desde el inicio del declive de Serena Williams, la última dominadora, la última en repetir título (2015-2016), vueltas y más vueltas. Gira y gira la ruleta. Por octavo año consecutivo, el grande británico inscribirá a una nueva campeona. Dice el palmarés: ella, Garbiñe Muguruza (2017), Angelique Kerber (2018), Simona Halep (2019), Ashleigh Barty (2021), Elena Rybakina (2022) y Marketa Vondrousova (2023). Será ahora Krejcikova o Paolini, más resilientes en sus respectivos duelos de semifinales. Las dos comenzaron en contra, las dos remontaron. La italiana se repuso ante Donna Vekic (2-6, 6-4 y 7-6(8) y la checa se enderezó ante Rybakina (3-6, 6-3 y 6-4). En consecuencia, una resolución altamente imprevisible.
Hasta hace nada, Paolini, 28 años, era una jugadora sin mayor trascendencia en el pelotón, pero atraviesa por un momento dulce que ha logrado trasladar de la arcilla a la hierba. “Me sorprende todo estoy que estoy viviendo”, reconoce, consciente de que nunca una jugadora de su nacionalidad ha conseguido hacer cumbre en el All England Club. Lo intentará ella por medio de este feliz presente que le ha permitido progresar contra pronóstico en Londres, terreno de velocidad y martillos; no es su caso, ni mucho menos. Sobre su 1,63 de estatura —la más baja del top-100— y los chispazos que despliega por la pista, es ya una de las cinco tenistas que han logrado enlazar las finales de Roland Garros y Wimbledon en los 25 últimos años junto con Graf, Serena, Venus y Henin.
Intenta cerca de la treintena seguir los pasos de las Errani, Vinci, Schiavone y Penetta. Pero, dice, quiere trazar su propio camino. “Quiero escribir mi propia historia, pero recuerdo las finales que jugaron ellas [Penetta como última campeona italiana, en el US Open de 2015]; es bueno que las siguientes generaciones tengan referencias”, apunta en la sala de conferencias, tras haber superado a Vekic en un pulso que parecía caer de un lado y finalmente lo hizo hacia el contrario. La croata, de 28 años, no ha logrado sostenerse emocionalmente en la recta final del partido y llegó a pelotear entre lágrimas.
También apuntaba Rybakina (cuatro del mundo) a imponerse a Krejcikova, pero la kazaja, la campeona de hace dos años, se desinfló mediado el segundo parcial y la checa —solo cuatro participaciones individuales en el distrito SW19, pero dos cetros como doblista (2018 y 2022)— degusta el meritorio paso dado después de un largo periodo en la penumbra. Torpedeada por las lesiones, su talento y ese revés cortado que no admite demasiada comparación se reivindican. Y, al igual que Vekic, pero por motivos bien diferentes, lágrimas. Ahí está el recuerdo de Jana Novotna, ganadora en 1998 y mentora: “Ella fue mi inspiración y me contó muchas historias sobre su experiencia aquí”.
GRANOLLERS Y ZEBALLOS, SIN FINAL
Marcel Granollers y Horacio Zeballos volvieron a quedarse a las puertas de la final de un grande, como ya les sucediera el mes pasado en la arena de París.
El español (38 años) y el argentino (39) perdieron por un doble 6-4 (en 71 minutos) ante la pareja formada por Max Purcell y Jordan Thompson, quienes se enfrentarán el sábado al finlandés Heliovara y al británico Patten, vencedores contra el local Skupski y el neozelandés Venus (6-4 y 7-6(1).
Como consuelo, Granollers y Zeballos habían logrado recuperar el día previo el número uno de la especialidad. El catalán, cabe recordar, formará pareja en los Juegos Olímpicos de París con el asturiano Pablo Carreño.
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