70% corazón

Ya son siete justas en las que la selección mexicana encuentra el camino al grupo de 16 clasificados en el Mundial

Los jugadores de la selección mexicana antes del amistoso contra Suecia, este miércoles en Girona, España.Joan Monfort (AP)

Me cuesta trabajo animarme a adelantar el fracaso de la selección mexicana, primero porque me enseñaron que en este oficio es más aceptable un mal relato que un buen augurio. Pero también porque, a la hora buena, el Tri suele encontrar el camino a los octavos de final: México tiene siete Copas Mundiales en fila en las que supera la ronda de grupos.

La derrota 2-1 ante Suecia -que nos llegó tres veces-, le puede decir mucho a los analistas: “de nuevo a pelota parada”, escuché tan...

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Me cuesta trabajo animarme a adelantar el fracaso de la selección mexicana, primero porque me enseñaron que en este oficio es más aceptable un mal relato que un buen augurio. Pero también porque, a la hora buena, el Tri suele encontrar el camino a los octavos de final: México tiene siete Copas Mundiales en fila en las que supera la ronda de grupos.

La derrota 2-1 ante Suecia -que nos llegó tres veces-, le puede decir mucho a los analistas: “de nuevo a pelota parada”, escuché tanto en la transmisión de radio como en la de TV, que seguía atento desde Doha, donde este jueves esperamos el arribo de los mexicanos. Pero, de nuevo, así llegaron en 1994, cuando se dijo que era misión imposible superar el grupo de la muerte ante Irlanda, Italia (que habría de llegar a la Final, contra Brasil) y Noruega… México avanzó como primero de grupo y no perdió contra los italianos. Vino después el capítulo francés, en ese 98 en el que se empató con Holanda, con Bélgica y se le ganó a Corea del Sur para avanzar, con Luis Matador Hernández como gran estandarte. Le siguió la Copa del 2002 y de nuevo dividieron puntos contra Italia que, a decir de Javier Aguirre, terminó pidiendo a los mexicanos que “pararan de correr”. Y se metieron en la segunda ronda.

Así ha sido en cada Mundial, venciendo a Francia, que llegó con el título mundial a la edición de Sudáfrica, sacándole el empate sin goles a Brasil en su propio terreno, en 2014, y despachando a Alemania, que arribó a Rusia 2018 como monarca del mundo. Siete, ya son siete justas en las que esa raza de futbolistas sin gran autoestima, pero con mucho corazón, encuentra el camino al grupo de 16 clasificados. Así que, aunque en los últimos cinco juegos de preparación los de Tata Martino acumulan dos victorias por tres derrotas, ante selecciones que no estarán en Qatar 2022, puede que el martes, en el estadio 974, terminen respaldando aquella canción que interpretó la selección del 86: “El equipo Tricolor tiene mucho corazón y en la cancha lo demostrará”… ¿O alguien se atreve a apostar en su contra?

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