El triatlón olímpico masculino se pospone un día por la mala calidad del agua en el Sena

La organización de los Juegos de París aplaza la prueba, que debía haberse celebrado este martes, a la espera de que descienda la contaminación que hace que el agua no sea apta para el baño

El río Sena con la torre Eiffel al fondo, este martes.Foto: Fabrizio Bensch (REUTERS) | Vídeo: EPV (REUTERS)

Tres días después de las lluvias, el Sena sigue rebelde. La velocidad de su corriente se mantiene por encima del límite de un metro por segundo y la suciedad fecal de sus aguas, medida en unidades de las bacterias escherichia coli y estreptococo, supera los topes sanitarios fijados por la federación internacional de triatlón (Triatlón Mundial) y no son aptas para el baño. A las cuatro de la mañana se anunció que se suspendía la disputa de la prueba masculina programada cuatro horas después en los pontones instalados bajo el puente Alejandro III.

El nuevo plan pasa por celebrar la prueba masculina el miércoles a las 10.45, cuando haya concluido la femenina, prevista para las ocho. Es la única ventana disponibles, pues las previsiones meteorológicas, anuncian fuertes tormentas para la tarde y la noche del miércoles, sinónimo de aumento de bacterias fecales. París 2024 y la federación internacional cruzan los dedos. Si los resultados de los análisis no mejoran habría dos fechas disponibles, el viernes 2 y el lunes 5, en la que se celebrará el triatlón por relevo mixto. La última solución sería disputarlo como duatlón.

“Todos queremos triatlón. El duatlón es otro deporte”, dice, voz de los deportistas, la pacense Miriam Casilla, para quien París serán sus terceros Juegos Olímpicos. “Si se suspendiera la natación, sería malo para todos, aunque a algunos, personalmente les podría beneficiar, porque perjudica la imagen del triatlón. De todas maneras, la salud es lo primero”.

El gallego Antonio Serrat, uno de los tres españoles en liza, puede recordar la gastroenteritis colectiva que les atacó en la prueba de Copa del Mundo en Sunderland (Reino Unido), el verano pasado. Más de 57 participantes enfermaron tras disputar la manga de natación en la playa de Roker el fin de semana del 29 y 30 de julio. Los atletas que manifestaron síntomas se quejaron de sufrir náuseas y diarrea.

“No es algo nuevo que se suspenda el agua”, explica Serrat, que estos días se entrena en piscina. “Aunque no en una competición de este nivel”. Sería la primera vez que un triatlón, deporte olímpico desde Sídney 2000, no se pudiera disputar completo. No es tan extraño, sin embargo, que un triatlón de gran nivel suspenda por contaminación la prueba de natación. París ya debió suspender el pasado agosto algunas de las pruebas test y el Campeonato de Europa de 2023 que ganó en Madrid David Castro fue en realidad un duatlón, ya que la natación prevista en la Casa de Campo no se pudo disputar debido a la contaminación fecal elevada tras una gran tormenta que descargó en la capital.

Las autoridades deportivas, regionales, municipales y los expertos meteorológicos, que a las 3.30 de la madrugada celebran reuniones todos los días, analizan los datos y comprueban desolados que no descienden ni las E.coli ni los estreptococos, bacterias que se transforman en diarreas y náuseas en el cuerpo, o peores infecciones, si se traga agua. Y les extraña que a pesar de que el calor ha vuelto —es martes de alerta canícula en París, se prevén 36 grados a las 16.00—, el pico de las bacterias sea mucho más ancho que tras anteriores episodios de tormentas. Los últimos resultados recibidos, correspondientes a las muestras tomadas al amanecer del lunes muestran un número más probable (MPN) de 1.553 E.coli por 100 mililitros de agua bajo el puente Alejandro III, de donde parten los nadadores para comenzar, contracorriente, un bucle de 910 metros y otro de 590m hasta pasado el puente de los Inválidos, donde la concentración alcanza los 1.046, también superior al tope de 1.000 fijado por la federación. Las concentraciones de estreptococo medidas el domingo 28 alcanzaban los 727 y 1.046 MPN/100ml, respectivamente, superiores al límite de 500.

La explicación más plausible que hallan es el aumento de la corriente, que hace que las bacterias lleguen más activas, mientras que con aguas más mansas las bacterias mueren antes. Las bacterias llegan directamente de los desagües de los barcos y de las alcantarillas de la ciudad, que rebosan cuando llueve y se mezclan con las aguas limpias que caen al río. Los ecologistas llevan décadas advirtiendo de que la pavimentación exagerada de calles y plazas, sin apenas campos y jardines que absorban el agua de lluvia, contribuye al fenómeno.

El Sena desde el puente Alejandro III, preparado esta mañana para un triatlón aplazado.Aleksandra Szmigiel (REUTERS)

Quizás en estos momentos, tanto la federación internacional de triatlón (Triatlón Mundial, presidida por la española Marisol Casado) como París 2024 estén lamentando no haber optado por organizar su competición olímpica en Niza, que era su primera idea. Anne Hidalgo pensaba diferente. La alcaldesa de París había prometido a los parisinos que un siglo después de la prohibición podrían bañarse en las aguas de su río y, tras una inversión de 1.400 millones de euros para limpiar sus aguas, las imágenes transmitidas a todo el mundo de nadadores olímpicos compitiendo bajo sus puentes serían la mejor prueba de su éxito. La estampa de nadadores en el Sena bajo puentes históricos y estatuas doradas debería ser una más en la serie de tarjetas postales —skateboard a la sombra del Obelisco de Concorde; esgrima bajo la cúpula del Grand Palais; vóley-playa y marcha junto a la Torre Eiffel; yudo en el Campo de Marte…— con que la Ciudad de la Luz maravilla al mundo. Será, en cambio, una borrón negro. Los deseos han chocado con la realidad del Sena y la naturaleza, siempre rebeldes a los intentos del ser humano de domesticarlos.

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