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El discutido Tchouameni, el baluarte de Ancelotti
El pivote, más imprescindible en defensa si cabe tras las lesiones de Rüdiger y Alaba, es un innegociable del técnico. Este miércoles, Leganés-Madrid en cuartos de Copa
Cuando Aurélien Tchouameni firmó por el Real Madrid en el verano de 2022, Cesc Fàbregas no escondía en charlas informales sus elogios al jugador. Ambos habían compartido parcela en el centro del campo durante dos temporadas y media en el Mónaco. Y en el Bernabéu pagaron de acuerdo a un jugador de mucho nivel (80 millones), el quint...
Cuando Aurélien Tchouameni firmó por el Real Madrid en el verano de 2022, Cesc Fàbregas no escondía en charlas informales sus elogios al jugador. Ambos habían compartido parcela en el centro del campo durante dos temporadas y media en el Mónaco. Y en el Bernabéu pagaron de acuerdo a un jugador de mucho nivel (80 millones), el quinto más caro de la historia blanca después de Hazard, Bellingham, Bale y Cristiano. Pero transcurridos otros dos años y medio de aquellas buenas palabras, no existe hoy un futbolista del Madrid más discutido por su propia grada que el francés (25 años); curiosamente, en un momento en el que es más imprescindible que nunca para tapar el enorme socavón de la defensa debido a las lesiones y la falta de fichajes.
Tras los problemas musculares de Antonio Rüdiger y David Alaba (baja ambos para dos o tres semanas, según la entidad), la lista de centrales posibles en la primera plantilla se ha reducido a dos: Raúl Asencio y el pivote Tchouameni, que ya era una prioridad de Carlo Ancelotti para esa demarcación pese a la controversia general, y ahora lo es todavía más. “Estamos en un momento de emergencia que debemos aguantar”, pidió el técnico italiano, que citó al canterano Jacobo Ramón como una opción para este tramo de escasez aguda atrás en el que visitan este miércoles al Leganés en la Copa a partido único (21.00, Movistar), el sábado reciben al Atlético en la Liga y el próximo martes acuden al estadio del City para la ida del playoff de la Champions. Courtois, Bellingham y Mbappé tampoco se encuentran en la lista copera.
Ante la creciente discusión del anfiteatro y de una parte importante de la crítica por las actuaciones del galo en la medular y la zaga, la defensa de Carletto ha resultado meridiana: un fijo en el medio por delante de Camavinga, y en el centro de la zaga, por delante del aclamado Asencio y en algunos momentos del curso pasado también de Nacho. Ahora, salvo gran volantazo en el que recurra de inicio a Jacobo Ramón (12 minutos con el primer equipo) u otra alternativa mantenida oculta por el técnico, las circunstancias del momento no dejan más vía que Tchouameni en estos días tan sensibles.
A la par que ha ido aumentado la contestación alrededor de su figura, acusado de intrascendente en el medio y permisivo atrás, Ancelotti ha extendido su manto protector siempre que se le ha presentado la ocasión. “A nivel defensivo, es muy bueno de cabeza, se coloca bien y tiene conocimiento táctico aunque no esté tan acostumbrado a esta posición. Pero el hecho de ser un pivote defensivo lo ayuda”, argumentó este martes cuando fue preguntado por las cualidades que le han hecho inclinarse por él pese a tener en otros momentos otras opciones para la zaga.
“Puede ser que haya jugado bien, un poco menos bien, que haya tenido un poco más de problemas, pero siempre ha cumplido. Puede que haya tenido fallos, pero no recuerdo un error claro en todos sus muchos partidos en el que hayamos encajado gol”, destacó el entrenador blanco. Hace un mes, en otro tramo de dificultades y con cada vez más ojos encima de Tchouameni, Carletto le agradeció su “altruismo” por jugar en un sitio que no era el suyo, y aseguró que era “un pivote defensivo como pocos en el mercado”. El juego con balón es uno de los puntos a mejorar, ha señalado en alguna oportunidad, pero en el cómputo global no ha encontrado mejor alternativa en las dos últimas temporada para el pivote y el descosido defensivo.
Casi la mitad de partidos como central
El francés nunca ocultó que no le gusta ser central, igual que le ocurre a Camavinga con el lateral izquierdo. Entre los dos, según contó el segundo, se han lanzado sus puyitas sobre esto. “Cuando jugaba de lateral la temporada pasada”, recordaba Camavinga hace un año, “Tchouameni me decía que las cosas empiezan así. Ahora, cuando él ha empezado a ser defensor, yo le he dicho que las cosas empiezan así”, decía entre risas. De momento, este curso Aurelién suma 12 partidos en el eje de la zaga de los 27 disputados. La pasada, fueron 10 a partir de diciembre.
Las estadísticas, pese al pesimismo extendido sobre el galo, no le imponen una condena. Esta temporada, recupera más balones por partido en los encuentros que le ha tocado ser central (4,2) que Rüdiger (3,8), Asencio (3,1) y que él mismo el año pasado en esa posición (2,8). Lo mismo sucede con los duelos ganados: 3,5 este curso, mejor que Rüdiger (2,6), Asencio (2,8) y el propio francés la pasada campaña (3,4). Sin embargo, según Opta, errores imputables a él le han costado al Madrid dos tiros que no acabaron en gol (en Cornellà y contra el Celta en Copa) mientras que eso solo ha sucedido una vez con Rüdiger y Asencio.
El juicio del Bernabéu y las percepciones de una mayoría creciente, sin embargo, se alejan de estos números. En la primera crisis del año, cuando perdió ante el Milan (1-3), el público le dedicó una gran pitada. Y después del revolcón de la Supercopa con el Barça, él se llevó, con diferencia, la mayor bronca ante el Celta en una noche en la que sorprendió con una actuación notable como pivote en medio de un clima muy envenenado. El más discutido es hoy una pieza indispensable y, en todo momento, muy defendida por Ancelotti.