Del otoño de Bellingham a la primavera de Lunin

Repasa los momentos clave del camino del Real Madrid hasta la final de Wembley contra el Dortmund en la que ha logrado su 15ª Champions

Andriy Lunin detiene el penalti a Bernardo Silva en la tanda de cuartos contra el City, en Mánchester.Naomi Baker (Getty Images)

De la placidez al sufrimiento. Del pleno de victorias en el arranque de la Champions (por tercera vez en su historia bajo este formato) a caminar por el desfiladero en las eliminatorias. Ya la dijo Carlo Ancelotti: “La clasificación para la final fue parecida a 2022. La primera fase, espectacular. Y luego empezamos a tener problemas”, resumió el italiano sobre un trayecto ...

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De la placidez al sufrimiento. Del pleno de victorias en el arranque de la Champions (por tercera vez en su historia bajo este formato) a caminar por el desfiladero en las eliminatorias. Ya la dijo Carlo Ancelotti: “La clasificación para la final fue parecida a 2022. La primera fase, espectacular. Y luego empezamos a tener problemas”, resumió el italiano sobre un trayecto a Londres que transcurrió en línea recta hasta diciembre y con muchas curvas a partir de febrero. Un símil de lo que sería una final apasionante.

El chupinazo de Bellingham. Todo empezó con los goles de Jude Bellingham en el descuento, un clásico de este curso. Solo así acabó el Madrid con la resistencia en el Bernabéu del novato Unión Berlín. Su primer fogonazo en una fase inicial en la que marcó (cuatro veces) y/o asistió (tres) en los cinco primeros partidos europeos que disputó. Por encima de todas sus actuaciones, la de Nápoles, anotando, entregando tantos y dirigiendo el juego. “Tiene 20 años y parece que tiene 30″, concluyó Ancelotti en Italia.

De repente, Lunin. Con el pase a octavos ya encarrilado, comenzó en la temporada el momento de Andriy Lunin, el meta que se había quedado rezagado en un rincón de Valdebebas. Kepa se lesionó en el calentamiento en casa contra el Braga, salió el ucranio, detuvo un penalti nada más empezar el encuentro y ya nadie lo frenó (hasta Londres). El primer anticipo de su noche de gloria en Mánchester.

¡Balones a Joselu!. “Si tienes a Joselu, hay que centrar más”, reclamó Carlo Ancelotti tras ganar en el último duelo de la fase de grupos en Berlín con un doblete del delantero centro. El recurso final al que se terminaría agarrando en la vuelta de las semifinales ante el Bayern.

Pánico en el Bernabéu. Una noche que se preveía de transición tras el 0-1 en Leipzig derivó en una de sudores fríos en Chamartín. Tras las nueve paradas de Lunin y el golazo de Brahim en Alemania en un choque muy incómodo para los blancos, lo peor ni mucho menos había llegado para los muchachos de Carletto. “Puede que me haya equivocado en el once, los pitos fueron merecidos. Si hubiera cambiado a los que no lo hacían bien, puede que también hubiera cambiado al entrenador”, admitió el técnico en la vuelta del Bernabéu después de que el Leipzig rematara 20 veces (34 en todo el cruce) y que Vinicius, autor del gol blanco, rozara la autoexpulsión a principios de la segunda mitad.

“Háblame del mar, marinero”. Dieciocho saques de esquina del City en la vuelta de cuartos, su récord en la Liga de Campeones. 33-8 en remates totales. 88-12 en intervenciones en el área rival. No se recuerda un Madrid tan asediado, pero, como avisó Ancelotti en los días posteriores: “Háblame del mar, marinero”. Los blancos, en semifinales tras un ejercicio mancomunado en defensa que acabó con la coronación del héroe imprevisto, Andriy Lunin, en la tanda de penaltis.

Exhibición de Kroos y adiós. A la carrera de Toni Kroos, probablemente, no le hacía falta una actuación de mando tan impactante como la que dejó en la ida de las semifinales en Múnich, pero el Madrid sí necesitó lo mejor de su centrocampista para salir vivo del agobio inicial del Bayern. A menos de un mes de anunciar su adiós del fútbol, el medio alumbró uno de sus partidos más recordados. Le bajó los humos a su exequipo y regaló una asistencia de cartógrafo a Vini.

Por culpa de Joselu. “Le dije a Joselu que podíamos estar ya de vacaciones y estamos aquí [final de Londres] por su culpa”, desveló Ancelotti entre risas en la previa de la cita definitiva. En la vuelta de las semifinales, fue el suplente más veterano en lograr un doblete en eliminatorias de Champions (34 años y 42 días). En el 88, el Madrid estaba eliminado y luego se terminó pasando los 15 minutos de la prórroga defendiendo gracias a los dos tantos del delantero en dos minutos y 40 segundos. Él logró lo que no había podido conseguir Vinicius en un partido que el brasileño calificó como el mejor que había facturado en el torneo continental. Amargó a Kimmich y dio 12 toques en el área contraria, solo dos menos que todo el Bayern junto. Pero tuvo que ser Joselu.

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