Alberto Ginés no falla y se lleva la general de la Copa del Mundo de escalada
El extremeño logra otro triunfo de enorme prestigio tras su oro olímpico y una larga travesía del desierto para confirmar su enorme potencial
Si está en forma y centrado, Alberto Ginés no falla. Cuatro años después de colgarse el primer oro olímpico de la historia en la disciplina de escalada, el extremeño confirmó este sábado su clase adjudicándose la clasificación general de la Copa del Mundo de dificultad. De paso, deja tras de sí una larga y complicada travesía del desierto, con unos decepcionantes Juegos de París 2024 como punto de giro en su carrera. Un doble grito liberador puntuó su actuación, su forma de sacudirse una presión acumulada durante meses.
Sobre el escenario esloveno de Koper, lucían cuatro aspirantes con posibilidades matemáticas de adjudicarse la general, con Ginés a la cabeza, el más regular, sólido todo el curso y luciendo tres bronces y dos platas en cinco pruebas disputadas. Junto a los cuatro destacados, dos leyendas de la escalada: Adam Ondra, 32 años, el hombre que ha guiado la escalada en roca hasta límites sobrenaturales. Y también el austriaco Jakob Schubert, 25 victorias en pruebas de la Copa del Mundo, un animal de leyenda para esta competición. Ondra, cada vez más alejado de la competición, patinó a las primeras de cambio, cayendo con cara de enorme sorpresa y frustración: la tremenda dificultad de la ruta de una final no admite nada que no sea una mentalidad entregada a la causa. Schubert, fiel a sí mismo, peleó hasta desfallecer: de pronto a sus 34 años pareció mayor al lado del ganador, Sorato Anraku (18 años), del mismo Ginés (22) o del bronce Toby Roberts (20), oro olímpico el verano pasado.
Ayer, las ilusiones de Ginés pasaban por imponerse, al fin, en una prueba de la Copa del Mundo: estuvo a dos movimientos de lograrlo, pero el japonés Sorato Anraku, escalador de tebeo manga, le birló la dicha a ultimísima hora. Ginés podría tomarse cierta forma de revancha en los mundiales de la disciplina que se celebran a finales de septiembre, pero en cualquier caso la solidez demostrada esta temporada es la mejor noticia que podía protagonizar. El extremeño aprovechó la enorme sorpresa de su oro olímpico (logrado cuando apenas contaba 18 años) para pedir instalaciones decentes en el CAR de Sant Cugat, que hoy en día cuenta con un panel de escalada de élite, con las mejores presas y volúmenes disponibles y los mejores equipadores trabajando en él. Pedía un futuro, continuidad. Entre medias tuvo que lidiar con los peajes de la fama, lesiones y un desapego indisimulado respecto a la prueba combinada de búlder y dificultad que se exigió en los últimos Juegos de París. Ahora, sin la obligación de competir en búlder, Ginés parece liberado y ha sabido centrarse en su punto fuerte: la cuerda.
Al llevarse la general de la Copa del Mundo, Ginés toma el relevo del escalador vasco Patxi Usobiaga, vencedor en 2006 y 2007, y del catalán Ramón Julián Ramonet, el mejor en 2010.
Si la incertidumbre presidió el desenlace de la general de la Copa del Mundo masculina, la victoria en categoría femenina no tuvo ningún misterio. Es el efecto habitual cuando compite la escaladora más imponente de la historia: la eslovena Janja Garnbret. En casa, desplegó su habitual recital de facilidad, resistencia, fluidez, concentración y potencia. Allí donde sus rivales temblaban, resoplaban, dibujaban aspavientos con los brazos para ahuyentar el ácido láctico, Garnbret ganaba metros como un martillo pilón. En el lanzamiento final para alcanzar el top, un resbalón de su pie derecho manchó levemente su actuación. No obstante, la segunda clasificada quedó a una galaxia de nueve movimientos. Garnbret, que observa dos oros olímpicos y una treintena de oros en pruebas de la Copa del Mundo, se encuentra en un ciclo de descanso: solo ha competido (y vencido) en Innsbruck y Koper y su última cita de la temporada será el Mundial de Seúl. Difícil imaginar otra cosa que no sea añadir un noveno título a su colección, entre bloque y dificultad.