La banda sonora del fútbol
En ‘Penalti Pop’, el periodista Álvaro Velasco ofrece un original y divertido compendio de canciones, historias y anécdotas que mezclan la música y el balón
Las gradas de los estadios de fútbol han sido siempre un buen espacio para estudiar hacia dónde va la sociedad. Dada la magnitud y la transversalidad de la muestra, permite obtener una fotografía desde la que interpretar cuestiones políticas o económicas. También culturales. La música, por ejemplo, es un elemento que tiene mucho peso entre las hinchadas. Desde los inicios del balompié —y mucho antes de que los estadios se convirtieran en discotecas con césped—, las gradas han ido adaptando las canciones del momento para convertirlas en aliento hacia sus equipos. Hasta tal punto que, en ocasion...
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Las gradas de los estadios de fútbol han sido siempre un buen espacio para estudiar hacia dónde va la sociedad. Dada la magnitud y la transversalidad de la muestra, permite obtener una fotografía desde la que interpretar cuestiones políticas o económicas. También culturales. La música, por ejemplo, es un elemento que tiene mucho peso entre las hinchadas. Desde los inicios del balompié —y mucho antes de que los estadios se convirtieran en discotecas con césped—, las gradas han ido adaptando las canciones del momento para convertirlas en aliento hacia sus equipos. Hasta tal punto que, en ocasiones, la letra futbolera es considerada la original por miles de personas. Luego, el azar o los algoritmos de internet hacen sonar un día la canción primigenia y se produce un pequeño choque cultural y mental. También se preparaban letras dedicadas a determinados jugadores. Algunas brillantes. Eran los tiempos en los que los futbolistas permanecían más de una temporada en un club y daba tiempo a encariñarse con ellos. Y a componerles una canción.
El camino inverso —el que va del fútbol a la música— no ha sido tan prolífico y su trayecto ha sido muy desigual en función de si hablamos del mundo anglosajón, la Europa mediterránea o el continente americano —con Argentina a la cabeza—. En Penalti Pop (Muddy Waters Books), el periodista zamorano Álvaro Velasco ofrece un original y divertido compendio de canciones, historias y anécdotas que mezclan música y fútbol. De las canciones oficiales de los Mundiales a la maravillosa Three lions (Football’s coming home), que radiografía con precisión la mentalidad del aficionado al fútbol desde los fracasos. De las letras que se popularizaron en el balompié a través de los videojuegos —Song 2, de Blur— hasta los himnos para el centenario de algunos equipos.
El origen de muchas de las canciones que se entonan en los campos, con la hinchada argentina exportando éxitos y utilizando la base de Bad moon rising, de la Credence Clearwater Revival para su Brasil, decime qué se siente, o la banda La mosca Tsé-Tsé renovando su categoría de conjunto hacedor de himnos populares. Las letras de canciones indie en las que aparece el fútbol —¿quién es el niñato al que se refieren Los Planetas en Un buen día?, ¿a qué gol realmente increíble de Mendieta se refiere la canción?—. Un didáctico y entretenido paseo por la banda sonora del fútbol.
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