La primavera apremia a Benzema: un curso accidentado y un contrato que expira en tres meses
El delantero francés, cuya continuidad sigue pendiente de cerrarse, encara a partir de la Copa en el Camp Nou la última oportunidad de revitalizar una temporada por debajo de las expectativas
Carlo Ancelotti lo repitió varias veces en la sala de espera del Mundial y justo después: “Benzema nos va a ayudar en la segunda parte de la temporada. Lo necesitamos y estamos seguros de que volverá al nivel de la pasada campaña”, insistió, y aguardó, el italiano a la vista del bajón de prestaciones físicas y futbolísticas del francés. Recién estrenado abril, el despertador suena en la taquilla del delantero blanco de 35 años después de un curso con demasiadas curvas y más goles que impac...
Carlo Ancelotti lo repitió varias veces en la sala de espera del Mundial y justo después: “Benzema nos va a ayudar en la segunda parte de la temporada. Lo necesitamos y estamos seguros de que volverá al nivel de la pasada campaña”, insistió, y aguardó, el italiano a la vista del bajón de prestaciones físicas y futbolísticas del francés. Recién estrenado abril, el despertador suena en la taquilla del delantero blanco de 35 años después de un curso con demasiadas curvas y más goles que impacto. Al Valladolid lo devoró con un triplete en seis minutos y medio, pero ahora le espera el verdadero solomillo, los últimos partidos para dejar huella real este curso, empezando este miércoles (21.00, La1) con la vuelta de las semifinales de Copa en Barcelona (0-1 en la ida).
El futuro de una parte sensible del vestuario blanco se encuentra todavía en el aire y lo que ocurra en esta mini temporada de dos meses, como máximo, influirá en las decisiones a tomar. Benzema cumple contrato el próximo verano y, según apuntan desde el club, no habrá dictamen “hasta más adelante”. Su caso, añaden, es “muy parecido al de Kroos (33) y Modric (37)”, que deberían renovar para continuar en el Bernabéu. En el caso del alemán, él ya advirtió de que sería prolongación o retirada, una cuestión deportiva y personal que el germano también debería responderse a sí mismo. El Camp Nou y la Champions ofrecerán, pues, señales e información sobre las que luego operar con Karim, la delantera en general, otros compañeros cuyos contratos expiran igualmente en junio (Asensio, Ceballos y Nacho), la dimensión de posibles fichajes, y hasta con Ancelotti, aunque su vinculación finaliza en 2024.
En la caseta del cuerpo técnico, hace tiempo que son conscientes de que el físico de Benzema es una de las cuestiones más delicadas a medir. “El trabajo que hizo durante el parón [de selecciones] le ha ayudado mucho”, afirmó Ancelotti este domingo. En los entrenamientos de las dos últimas semanas, salvo la primera sesión individual, el resto las completó con el grupo. Los 15 días anteriores, sin embargo, previos al clásico liguero, apenas hizo cuatro con sus compañeros.
Pese a que su cuentakilómetros se detuvo definitivamente con Francia y su motor se ha liberado de ese gasto extra con el que sí cargó el año y medio anterior, sus continuos problemas de salud y la sensación ya muy extendida de que también se ha ido administrando en función de algunas citas clave sólo le han permitido encadenar esta campaña ocho encuentros seguidos con el Madrid, entre enero y febrero.
Su atracón contra el Valladolid, que él rechazó comentar posteriormente ante las cámaras, lo aupó como el único jugador blanco capaz de anotar más de 20 goles (lleva 22) en 11 campañas (Di Stéfano y Raúl no superaron las 10); y en la eliminatoria ante el Liverpool, tres de los seis tantos se los apuntó él. Sin embargo, frente a unos números absolutos estimables (sus 14 dianas lo colocan a tres del pichichi Lewandowski), su influencia en el juego del equipo ha descendido. “Hoy los delanteros fueron muy eficaces. En los últimos partidos nos ha faltado un poco”, destacó de forma genérica Ancelotti el domingo.
Menos tino en Liga
El francés, desde su tanto en San Mamés el 22 de enero, solo había metido en Liga dos penaltis al Elche. En este tramo, terminó varios choques (ida de Copa ante el Barça, Betis, Atlético o Al Hilal) como el atacante blanco con menos intervenciones.
Sus cifras totales lo vuelven a situar en los puestos altos, aunque la estadística relativa sí ha cazado su menor tino. La temporada pasada, en el cénit de su carrera, marcó una media de un tanto cada 90 minutos, aunque la métrica de goles esperados del francés (estima el acierto de un jugador en función de la calidad de las ocasiones creadas) fue de 0,77, según Opta. Un mordisco a su favor considerable que evidenció su estado de gracia. Esta temporada, la diferencia entre lo que el big data espera de él (0,81) y la realidad (0,78) es mínima. En Liga, no obstante, sí se ha abierto un agujero en su contra: ha metido 0,86 cuando la estadística le ha calculado 0,97.
Unos meses muy pedregosos para Benzema en Chamartín avinagrados, de postre, por un abrupto final con Francia que todavía expulsa hilillos de chapapote a cuenta de la rapidez a la hora de marcharse de la concentración en Doha —las versiones del delantero y Deschamps no coinciden—, y el momento en que el jugador decidió cerrar su etapa con Les Bleus. “Voy a tener que explicarme a la gente”, soltó Karim en sus redes sociales hace tres semanas, cuando en su primera comparecencia con el Madrid post Qatar se mostró cortante y no quiso dar demasiados detalles sobre su lesión y precipitada salida del hotel de la selección.
El Bernabéu, en estos cuatro primeros meses de 2023, tampoco le ha revitalizado en exceso y hace dos semanas salió discutido del Camp Nou. La Copa le concede otra oportunidad antes de la batalla final de la Champions.
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