La Audiencia imputa a Sánchez Arminio, exjefe de los árbitros y superior de Negreira, por el ‘caso Soule’

La Audiencia Nacional ha decidido imputar a Victoriano Sánchez Arminio, expresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA), y a su ex secretario general, Raúl Massó, en la investigación que mantiene abierta contra Ángel María Villar, antiguo presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Estas pesquisas, llamadas caso Soule, se centran en el presunto desvío de fondos durante la etapa de Villar y se instruyen de forma independiente del bautizado como caso Negreira, donde s...

La Audiencia Nacional ha decidido imputar a Victoriano Sánchez Arminio, expresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA), y a su ex secretario general, Raúl Massó, en la investigación que mantiene abierta contra Ángel María Villar, antiguo presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Estas pesquisas, llamadas caso Soule, se centran en el presunto desvío de fondos durante la etapa de Villar y se instruyen de forma independiente del bautizado como caso Negreira, donde se indagan los cerca de siete millones de euros que el Fútbol Club Barcelona pagó a José María Enríquez Negreira, quien fuera vicepresidente del CTA y mano derecha de Sánchez Arminio, para que supuestamente “favoreciese” al equipo catalán.

La resolución de la Audiencia Nacional sacude así de nuevo al estamento arbitral, que vive conmocionado en los últimos días. De hecho, el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, ha ordenado este mismo martes que la Fiscalía Anticorrupción, que lleva el caso Soule, asuma también el caso Negreira por su “complejidad”, “relevancia” y enorme “repercusión pública”.

A través de un auto dictado este lunes, la Sala de lo Penal de la Audiencia ha ordenado llamar a declarar a Sánchez Arminio y a Massó como investigados, después de que el juez instructor Alejandro Abascal lo descartase el 27 de enero. El magistrado consideró que su imputación podría ser “irregular”, ya que las pesquisas se encuentran en su fase final y ambos habían sido ya interrogados como testigos, lo que “supondría un menoscabo de su derecho a la defensa”. Pero La Liga de Fútbol, presidida por Javier Tebas, recurrió. Y contó con el apoyo de la Fiscalía.

La última palabra recayó, por tanto, en la Sala de lo Penal, que ha aceptado las alegaciones. Este tribunal considera que no importa que la investigación se encuentre en su recta final, ya que la fase de instrucción debe servir precisamente para “verificar si hay indicios de la posible responsabilidad penal y si son imputables a las personas cuya declaración solicita la Liga”. “Y el hecho de que hayan declarado previamente como testigos no es óbice para su posterior cambio de condición, pasando a ser investigados”, apostilla el auto. Eso sí, se descarta de momento imputar también a la RFEF, como pedía la institución dirigida por Tebas, a la espera de que se interrogue antes a Sánchez Arminio, Massó y Villar —a este último se le vuelve a llamar para declarar—.

En esta parte del caso Soule se investiga el presunto desvío de casi ocho millones de euros procedentes de la recaudación de las quinielas, que la La Liga aportó a la RFEF para el pago de los derechos de arbitraje de las competiciones oficiales de fútbol. Según los denunciantes y Anticorrupción, existen indicios de que los sospechosos destinaron ese dinero a “otro tipo de gastos, diferentes a los previstos en los convenios”, y que en dichas maniobras “intervinieron” el expresidente y el ex secretario técnico del comité de árbitros. El CTA depende de la Federación.

Paralelamente, también en esta causa, el juez Alejandro Abascal dio luz verde a indagar una serie de pagos de la RFEF al hijo de Enríquez Negreira durante la etapa de Villar. Esta decisión se produce igualmente a petición de La Liga y con el apoyo del ministerio público, que quieren que se investigue el abono de al menos 4.410 euros al familiar del exvicepresidente del CTA.

Así lo explicaba el organismo dirigido por Javier Tebas: “La RFEF no ha aportado las facturas soporte de los gastos contabilizados, impidiendo constatar si tan siquiera estos pudieron haber existido, o para qué y para quién se prestaron dichos servicios, su duración, el precio hora, o quién autorizó su pago [...] La elección del prestador [en referencia al hijo de Negreira] parece evidente a qué responde”. Estos abonos quedaron reflejados en cuadros en formato Excel que la propia RFEF entregó en su día en la Audiencia a requerimiento del magistrado, donde se prevén abonos en concepto de “coach PF. Sant” o “trabajos coaching”.

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