Jordi Cruyff: “Mi padre era multisistema, le gustaba el fútbol rápido”
El director deportivo del Barcelona conversa con El PAÍS sobre Ferguson, Cantona, Messi y la evolución del fútbol, en la previa del duelo ante el Manchester United
En 1996, tras dos temporadas en el primer equipo del Barcelona y ya sin su padre en el banquillo del Camp Nou, Jordi Cruyff fichó por el United. A la capital catalana había venido a buscarlo Sir Alex Ferguson. “Te vamos a proteger”, le prometió. Entonces, el hijo de la leyenda azulgrana comenzó un viaje por el mundo (Inglaterra, Ucrania, Malta, Chipre, Israel y China) que terminó en 2021 cuando, de la mano de Joan Laporta y con la complicidad de Xavi, se hizo cargo de la dirección deportiva ...
En 1996, tras dos temporadas en el primer equipo del Barcelona y ya sin su padre en el banquillo del Camp Nou, Jordi Cruyff fichó por el United. A la capital catalana había venido a buscarlo Sir Alex Ferguson. “Te vamos a proteger”, le prometió. Entonces, el hijo de la leyenda azulgrana comenzó un viaje por el mundo (Inglaterra, Ucrania, Malta, Chipre, Israel y China) que terminó en 2021 cuando, de la mano de Joan Laporta y con la complicidad de Xavi, se hizo cargo de la dirección deportiva azulgrana. En el camino, se vuelve a cruzar con el United en los dieciseisavos de final de la Europa League (este jueves, la ida a las 18.45, en el Camp Nou). “Cuando salió la pelotita pensé: ‘¡Ostras! Qué partido difícil. Pero, por otro lado, me salió una sonrisa natural. Es un lugar que significa cosas para mí”, cuenta. Sentado en el palco del Camp Nou, Cruyff habla claro, a veces con expresiones en inglés, siempre más entusiasta cuando se habla de fútbol.
Pregunta. ¿Cuándo fue la última vez que estuvo en Manchester?
Respuesta. Hace un par de meses. Manchester está muy vivo, hay mucho extranjero. Cuando yo llegué en el 96, el centro estaba cerrado por un atentado del IRA. Y el club no quería que los jugadores estuviésemos en el centro. Entonces, casi todos vivíamos en el sur. A mí me chocó. Soy un urbanita. Me sentía raro, para tomar un café había que coger el coche.
P. ¿Y en Old Trafford?
R. No he regresado desde que me fui. La gente no se da cuenta de lo grande que es el United hasta que no está ahí. Tenía la idea de que la liga española era la mejor del mundo y cuando llegué ahí vi cómo generaban más interés. Era una locura la cantidad de gente que nos esperaba a la salida de los hoteles.
P. Se encontró con una generación histórica (David Beckham, Ryan Giggs, Paul Scholes, los hermanos Neville y Nicky Butt).
R. Sí, en ese momento todavía joven, más una leyenda como Cantona.
P. ¿Cómo es Cantona?
R. Para los de afuera, introvertido. A la gente le daba hasta respeto. Pero luego… Me acuerdo que nos recogía a los tres o cuatro chicos jóvenes por el hotel para llevarnos al entrenamiento. No te esperas una cosa así de Cantona.
P. Tenía de chófer a Cantona.
R. Más que de chófer, de compañero social. Se interesaba por nosotros, por hacernos la vida un poco más cómoda. Creo que fui el primero que se enteró de que se iba a retirar. Se había jugado un partido aquí en Barcelona y, en el viaje de regreso a Manchester, hicimos una apuesta de quien de los dos se iría antes del United. Al final de la temporada, se retiró. Fue un shock para todos.
P. Sus dos primeros entrenadores fueron su padre y Ferguson. ¿A partir de ahí todo para abajo?
R. No, de todos se aprende algo. Pero hay cosas que a los 20 años no me parecían lógicas y hoy me doy cuenta de que ellos las vieron antes que nadie. Ferguson, por ejemplo, planificaba los partidos con dos o tres semanas de anticipación. Creía que un jugador iba a ser importante en un momento y otro futbolista en otro. Venía y te decía: “No vas a jugar estos dos partidos, pero el tercero sí. Prepárate”. Y yo le contestaba: “¿Y si el que juega en mi sitio mete dos hat-tricks?”. Se reía y me decía: “Ese será mi problema”. Había que entrenar bien, pero él buscaba distintas armas para las diferentes batallas.
P. ¿Ferguson y su padre se parecían en algo?
R. Ferguson era mánager y mi padre entrenador. Alex se ocupaba de todo y mi padre de algunas cosas que para él eran muy importantes, como una escala salarial adecuada. Mi padre era esencialmente entrenador de césped. Cogía el balón y te decía: “Yo quiero que hagas esto y esto”. Lo hacía él y pensabas: “Si lo hace una persona de 50 años, nosotros también lo podemos hacer”. Y no siempre podíamos. Pero, a lo que voy, Ferguson no cogía el balón y te enseñaba algo.
P. ¿Cómo visualiza el partido de este jueves?
R. Cuando se hizo el sorteo parecía que los dos clubes estaban en un momento muy difícil. Ahora da la sensación de que nos deberíamos haber encontrado en otra etapa.
P. ¿Tiene alguna explicación de la travesía del United tras la salida de Ferguson?
R. El vacío de Ferguson puede ser una explicación. Otra también puede ser la llegada de un dueño de fuera. ¿Quién toma la decisión de qué entrenador tiene que venir? Un buen entrenador no significa que sea un buen entrenador en todos los clubes. Quizá el club tiene una plantilla que no se adapta para lo que ese técnico pueda ofrecer. Pero para entender esta fórmula se ha de entender cómo funciona la cocina del fútbol.
P. ¿Erik ten Hag encontró esa fórmula?
R. El hecho de que se haya llevado gente de su anterior equipo seguramente signifique que ha querido estar con jugadores que lo entiendan rápido y mejor, pero que no necesariamente significa que comprendan la liga inglesa. Nadie puede discutir que el United, desde siempre, ha tenido plantillas con talento. El tema es que tenían que conseguir hacer un equipo. Y eso no es lo mismo.
P. ¿Eso es lo que ha conseguido Xavi? ¿Hacer un equipo?
R. En los partidos de Champions encajamos muchos goles. Y, cuando eso pasa, es muy difícil ganar. A un equipo de Champions no le metes cuatro. Ahora, las dos áreas están muy fuertes. El equipo mete goles, pero, sobre todo, no encaja.
P. ¿Dónde quedan los centrocampistas en todo esto? ¿El ADN de Barça no eran ellos?
R. Aquí hay tres líneas, con dos de las tres no ganas un partido. Necesitas equilibrio. Lo que pasaba es que hace 15 años si tu equipo tenía el 70% de posesión lo más normal era que ganara. Hoy en día, lo que quieras hacer, hazlo rápido. Si vamos a hacer cuatro toques, hazlo rápido. Si después de un robo haces un pase hacia adelante, que no quiere decir contraataque, también hazlo rápido. Eso hace mucha diferencia. Quizás en cinco años hay otras reglas. El fútbol es cambiante. Si quieres ganar, hay que adaptarse. Cuando se habla de las dos áreas no quiere decir que los del medio no sean importantes, simplemente que tienen una exigencia mayor.
P. ¿El presidente Laporta opina en los fichajes?
R. Deja trabajar. Estamos nosotros tres Mateu [Alemany, director de fútbol], Xavi y yo, que tomamos las decisiones para bien y para mal.
P. ¿Cómo analiza los mercados que han hecho?
R. En el mercado de diciembre del año pasado íbamos, no sé si sextos o séptimos en la tabla, y fuimos a buscar en la liga inglesa porque es la liga en la que más movimiento hay. Y en la que nos aseguraba jugadores de rendimiento inmediato. Y, en el mercado de verano, la gente dice que nos hemos gastado un dineral. Pero es que tres semanas más tarde los precios se doblaron. El United pagó 105 millones por un extremo como Antony. Y se pagaron centrales por 80 millones, cuando nosotros habíamos firmado a Koundé por 50.
P. ¿Preveían que el mercado iba a ser inflacionario?
R. No, pero fue un mercado bueno. Se trajeron jugadores dinámicos, rápidos y con experiencia.
P. Repite mucho lo de dinámicos y rápidos.
R. Hoy no puedes jugar de otra manera.
P. ¿Su padre que diría de eso?
R. ¿A mi padre? Le encantaba el fútbol rápido. Prefería jugar a un toque que a cinco. Mi padre no siempre jugaba 4-3-3. Muchas veces utilizaba el 3-4-3 con rombo en el centro del campo. Él era multisistema. Cuando el rival jugaba con un solo delantero, usaba dos defensas. Si le jugaban con dos delanteros, él ponía tres centrales. Y si el contrario tenía tres arriba, colocaba cuatro atrás. No le preocupaba el sistema, le preocupaban los espacios.
P. ¿Entonces, por qué la gente se obsesiona con los sistemas?
R. No lo sé. El Barça seguirá con su ADN e intentará jugar de la misma manera de siempre. Dominar el juego. Ocupar los espacios, sobre todo los de fuera. Presionar arriba. No está cambiando nada. Lo que ha cambiado es que en el fútbol los jugadores no se paran de mover. Entonces, ¿qué haces? Tener velocidad para generar un fútbol alegre y de ataque. Y el Barça lo está haciendo.
P. ¿Qué le dejó el mundial?
R. Fue un mundial de equipos. Faltaron jugadores de talento puro. O había menos que antes.
P. ¿Y Messi?
R. Los dioses dijeron que no podía irse sin ganar un Mundial. Y se lo mereció.
P. ¿Merecer? Su padre no lo tuvo y seguramente también se lo mereció.
R. Pero el 74 cambió parte del fútbol. Y mi padre estaba más feliz por eso. Era más de legado que de títulos. Yo le metía mucha cizaña con esto y jamás cambió su discurso.
P. ¿Si tiene que mirar un equipo de fútbol?
R. Veo partidos de fútbol solo por trabajo.
P. ¿Qué aprendió fuera de España?
R. En otros países no hay la cultura de fútbol que hay en España. Y te encuentras todo el día solucionando cosas que no te esperas. Entonces, cuando llegas aquí, no entras en pánico. Por eso a mí no me van ni las euforias desmedidas ni las grandes decepciones. El deportista no tiene que pensar así ni leer estas cosas.
P. ¿Conviene aislarse de todo?
R. No estar en una burbuja, pero sí protegerte. Es no dejar que gente no profesional influya en gente profesional.
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