Piqué deja un legado de otro tiempo
Jugadores que son sinónimo de un club se cuentan con los dedos de una mano, y a veces sobran para encontrarlos
“No soñaba con ser futbolista, soñaba con ser jugador del Barça”. Hay palabras que son un puñetazo en el alma, sentimientos que quedan grabados para siempre en el recuerdo. La pasión que expresan van directas al corazón, alimentan ese sentimiento de pertenencia que da el fútbol. No hay mejor epitafio para una despedida. (Ni aunque te expulsen en tu último partido llevando la chaqueta de suplente).
Gerard Piqué ha dejado...
“No soñaba con ser futbolista, soñaba con ser jugador del Barça”. Hay palabras que son un puñetazo en el alma, sentimientos que quedan grabados para siempre en el recuerdo. La pasión que expresan van directas al corazón, alimentan ese sentimiento de pertenencia que da el fútbol. No hay mejor epitafio para una despedida. (Ni aunque te expulsen en tu último partido llevando la chaqueta de suplente).
Gerard Piqué ha dejado un legado que parece de otro tiempo. En un fútbol moderno repleto de movimientos, periplos por distintas ligas y fichajes cada verano, reconocer un icono afín a unos colores es cada vez más complicado. Jugadores que son sinónimo de un club se cuentan con los dedos de una mano, y a veces sobran para encontrarlos.
Ninguno de nosotros podemos elegir dónde nacemos, cuándo llegamos y mucho menos en qué entorno comenzamos el camino. Pero podemos empaparnos desde el primer minuto. Gerard nació en una familia que le inculco una pasión, un amor por el fútbol desde sus primeros pasos. Y ese vínculo creó una historia de película en el campo.
Ser futbolista era difícil; serlo vistiendo la azulgrana, un reto todavía más complicado. Y el propio Piqué aceptó un camino sin perder de vista el objetivo. Gerard tuvo la valentía de salir, jugando en Mánchester y Zaragoza, y la perseverancia para regresar, convirtiéndose en un ídolo en el equipo de su vida.
Probablemente haya sido uno de los mejores defensas centrales en la historia del Barça, sin duda de estos últimos tiempos junto a Carles Puyol. Ambos han logrado armar un palmarés con todos los títulos posibles, conociendo la gloria a nivel de clubes y de selecciones. Aunque eran muy distintos entre sí, tenían algo en común: dejarse la piel en cada partido.
Para convertirse en referencia en uno de los clubes más exigentes del mundo, Piqué trabajó hasta pulir innumerables virtudes. Su talento, esa facilidad para manejar la pierna derecha, con una sutileza en la técnica para el pase corto.
Su personalidad siempre ha sido un sello, sin temor a pisar el campo rival pese a su condición de defensa. Supo convivir en el espacio reducido, algo muy importante en el fútbol de estos últimos años, con un ritmo cada vez más rápido. Piqué, un futbolista diferente, pocas veces perdía los nervios en esas situaciones.
Su longevidad deportiva también fue algo a destacar. El deporte de élite castiga cualquier bajón físico, pero en su camino no fue algo habitual. Supo sobreponerse y comprometerse para seguir siendo uno de los mejores centrales del mundo, una auténtica referencia en la demarcación para los más jóvenes. Ha sido uno de los más inteligentes para saber lo que su cuerpo necesitaba, y responder a las necesidades de su equipo en cada partido. Además, ha sido de esos deportistas que siempre han dado la cara. No tuvo problema para hablar con claridad ante los medios de comunicación, disfrutó fuera del terreno de juego, con su familia, amigos y aficiones, y ha tenido una carrera digna de admirar.
Su madera de liderazgo le ha llevado a desarrollar negocios más allá de los campos de fútbol. Una ambición por crear proyectos que le ha generado crítica y, en mi opinión, llegando a ser injustos con su figura. Se ha convertido en un hombre que cumplió sus sueños de infancia, ser feliz y emocionar a su afición. Hizo más grande al club de su vida. Como dijo el actual presidente, con la marcha de Piqué se va un trozo del escudo.
Muchos futbolistas pasarán por el césped del Camp Nou, pero pocos con la inteligencia, determinación y personalidad de Gerard Piqué.
Él desea volver, no sabemos cuándo ni cómo lo hará. Pero el aficionado y el socio del Barça siempre le recibirá con los brazos abiertos por todo lo que ha dado.
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