Un Real Madrid todavía incompleto
Ancelotti, que recupera al límite a Benzema ante el Celtic para atar el primer puesto, vuelve a reclamar más concentración a un equipo blanco que aún no ha ofrecido una imagen redonda de principio a fin
“No puedo pedir a los jugadores un fútbol fantástico en este momento. Hemos hecho un partido inteligente”, argumentó Carlo Ancelotti en septiembre, tras derrotar con poco brillo a Leipzig (2-0). Un mes y medio después, el análisis resultó muy parecido: “Ahora es difícil tener un nivel alto. No veo equipos que jueguen espectacular”, justificó el italiano el pasado domingo después de empatar con el ...
“No puedo pedir a los jugadores un fútbol fantástico en este momento. Hemos hecho un partido inteligente”, argumentó Carlo Ancelotti en septiembre, tras derrotar con poco brillo a Leipzig (2-0). Un mes y medio después, el análisis resultó muy parecido: “Ahora es difícil tener un nivel alto. No veo equipos que jueguen espectacular”, justificó el italiano el pasado domingo después de empatar con el Girona (1-1), aduciendo cansancio y dificultades para recuperar física y mentalmente a la plantilla ante la acumulación de encuentros en este curso tan singular, con la distorsión de un Mundial en mitad del calendario de clubes.
El Madrid afronta este miércoles ante el Celtic (18.45, Movistar Liga de Campeones) su 19ª cita, en la que busca el liderato del grupo (le vale con igualar el resultado del Leipzig a domicilio contra el Shakhtar), y lo hace sin haber ofrecido, de momento, una actuación redonda de principio a fin. En su expediente solo figura una derrota en uno de los pocos choques en los que podía permitirse un patinazo (hace una semana en Alemania con el pase a octavos ya asegurado); sin embargo, hasta la fecha solo se ha desplegado a trozos o por partes.
El entrenador blanco ha ido soltando varias advertencias en las últimas semanas, resumidas en una de sus frases más recordadas de este arranque: “A veces nos miramos demasiado en el espejo”, avisó hace 15 días. “La continuidad es un reto, porque no siempre somos contundentes ni tenemos compromiso colectivo”, añadió antes de medirse al Sevilla. El choque del día siguiente fue un ejemplo: se puso pronto por delante, no remató pese a su evidente superioridad, le cazaron a la vuelta del descanso y debió apretar al final para asegurar el triunfo (3-1). Seguro de su amplitud de recursos, superioridad física e inercia ganadora, esa sensación le ha llevado a menudo a tratar de gestionar en exceso algunas jornadas esperando que la victoria cayera por ley de la gravedad más que por empuje.
Cita por cita, en algunas se ha presentado con retraso (Girona, Osasuna, y Shakhtar y Leipzig fuera), y lo ha pagado. “Salimos dormidos, como nos pasa a veces”, denunció en caliente Thibaut Courtois, rajada que Ancelotti prefirió no secundar. En otras, pese a su triunfo e incluso goleada, se vio apurado en el arranque (Celtic) o con dificultades para domar al rival (Celta y Mallorca). En sus mejores actuaciones (Shakhtar en casa) o con el aire a favor (Getafe y Sevilla) le costó cerrar el encuentro. Y ante dos gallos como Barcelona y Atlético, se presentó autoritario, continuó con fútbol control y tuvo que acabar apretando los dientes. Los muchachos de Carletto aún no han disfrutado de una cita plácida y cuesta abajo pese a una cosecha notable de resultados y el consenso general de su variado repertorio, también sin Benzema, de vuelta in extremis contra el Celtic tras tres partidos fuera por “fatiga muscular”. Hazard, con un golpe, y Tchouameni, con una sobrecarga, bajas.
Después de este primer tercio de curso y a dos semanas del punto de inflexión del Mundial, las estadísticas hablan de una producción de remates igual o ligeramente superior a la pasada campaña (17,3 por partido en total y 6,4 a puerta); pero con descensos en algunos parámetros defensivos. Menos duelos ganados (42,2 por encuentro frente a los 50,1 de la temporada anterior), recuperaciones (54,7-58,2) e intercepciones (8,2-9,2). Y también, eso sí, pierde menos duelos (36,8-42,9). En su primer toque de atención público, Ancelotti le recordó hace un mes a su equipo que la defensa fue la clave del curso pasado, y reclamó más atención para no perder duelos y mantenerse compactos.
Algo parecido comentó este martes antes del Celtic, aunque con un atenuante: “En los dos últimos partidos, no hemos tenido la concentración que necesitamos. Contra el Girona nos costó la recuperación y ante el Leipzig, la vigilancia defensiva para evitar las contras. Son dos aspectos que hemos hablado y no hemos entrenado porque no tenemos el tiempo de hacerlo. Ojalá se pueda arreglar en los próximos partidos”, apuntó.
“¿Era o no era penalti?”
En este paisaje, curiosamente, lo que mejor ha resuelto ha sido el que era su mayor abismo: la ausencia de Benzema. El francés, pese a que este martes no se le vio entrenando junto al resto de sus compañeros en los 15 minutos abiertos a la prensa, fue incluido en la convocatoria. Mientras ha faltado (siete encuentros y medio), han sido Vinicius (nueve goles y cinco asistencias), Rodrygo (seis y cinco) y Valverde (siete y tres) los que han tapado un agujero que había tomado forma de socavón.
Por otro lado, la previa europea también sirvió para confirmar que Carlo Ancelotti seguía sangrando por la herida del penalti de Asensio ante el Girona. “Me han denunciado por lo que dije [”penalti inventado”]. Eso en Italia significa que han pitado un penalti que no era. Aquí no entra la mala fe o la acusación al árbitro. Nunca he faltado el respeto a un árbitro. Me pueden suspender cuatro partidos. No pasa nada. He estado 1.200 en el banquillo, esto no va a arruinar mi estadística. Y dicho esto, el problema sigue vivo. ¿Era o no penalti? Por lo que nos explicaron a principios de temporada, no. La regla la entiendo muy bien, no soy tonto. Y la regla que nos han explicado dice que esto no es penalti. Y si han cambiado la norma, tienen que decirlo. Si no lo han hecho, es suficiente con decir que fue un error y ya está. Nadie es infalible. Este no es un tema del Madrid, sino del fútbol”, indicó.
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