Juan Ayuso da positivo por covid, pero sigue en la Vuelta por su baja carga viral
El ciclista continúa, pese al aviso de la prueba de antígenos, gracias a que su equipo tiene una máquina PCR que le permitió demostrar que no es contagioso
El protocolo médico de la UCI que se aplicaría en la Vuelta se publicó el nueve de agosto y expuso a todos los equipos que les realizarían tres test antígenos durante la competición para determinar si tenían casos de coronavirus entre sus filas. Uno al llegar a Holanda, otro en el segundo día de descanso y uno último en el tercer día de reposo. Pero no se encargarían de más, aunque sí los equipos de hacer un test de antígenos al inicio de cada etapa. Aquellos que dieran positivo y no entregaran un PCR que aclarara que la carga viral era mínima, quedarían apeados de la Vuelta. Eso ha ocurrido c...
El protocolo médico de la UCI que se aplicaría en la Vuelta se publicó el nueve de agosto y expuso a todos los equipos que les realizarían tres test antígenos durante la competición para determinar si tenían casos de coronavirus entre sus filas. Uno al llegar a Holanda, otro en el segundo día de descanso y uno último en el tercer día de reposo. Pero no se encargarían de más, aunque sí los equipos de hacer un test de antígenos al inicio de cada etapa. Aquellos que dieran positivo y no entregaran un PCR que aclarara que la carga viral era mínima, quedarían apeados de la Vuelta. Eso ha ocurrido con los 22 ciclistas que se han retirado por la covid -un par más se marcharon con fiebre-, una criba absoluta porque en el Tour se dieron 17 casos y en el Giro, dos. Pero Juan Ayuso, que este viernes dio positivo de coronavirus en los antígenos, se salvó por los pelos. O, mejor dicho, por la decisión de UAE de comprar la costosa máquina PCR, que dictaminó que el más joven del pelotón, de 19 años, aunque, gigante él, marcha quinto en la general a 2m y 50s del podio, no tenía carga viral suficiente para apearle de la carrera.
Hacía días que algo no andaba demasiado bien en Ayuso. Después de la etapa con la ascensión a Les Praeres, Ayuso apenas podía andar por el esfuerzo, reventado por los últimos cuatro kilómetros en los que se dejó el alma, capaz de dejar por detrás a Mas, Roglic y Carlos Rodríguez, solo superado entre los favoritos por el maillot rojo Remco Evenepoel. Tan roto estaba que pidió a un conocido que le llevara en coche 300 metros de bajada. Pero desde entonces los síntomas fueron a peor. A la siguiente noche empezó con un fuerte dolor de cabeza y se levantó con mucosidad y dolor de garganta. “Estábamos acojonados, la verdad, porque pensábamos que era la covid”, explicaba el jueves Matxin, director técnico de UAE; “pero le hicimos un test esa misma noche y también por la mañana, además del que pasó por parte de la organización y dio negativo”. Por lo que Ayuso continuó en carrera, día tranquilo hasta Cabo de Gata. Su mejoría pareció evidente en la jornada del jueves, pues en la larga subida a Peñas Blancas (Estepona), Ayuso no solo aguantó el tipo sino que llegó a meta junto a Evenepoel, Roglic y Mas, unos pocos segundos antes que Carlos Rodríguez. Pero, resulta, Ayuso no estaba del todo bien.
“El ciclista se ha hecho la prueba de la covid y ha arrojado un resultado positivo”, señalaba Adrian Rotunno, jefe de los servicios médicos del equipo UAE; “está asintomático y al analizar su PCR, se encontró que tenía un riesgo muy bajo de infectividad, similar a casos como el que vimos en el Tour de Francia de este año”. O, lo que es lo mismo, la carga vírica de Ayuso es superior a 30-35 ciclos y el corredor seguirá en carrera. “Se ha tomado la decisión en consulta con los representantes médicos de la organización de la carrera y la UCI”, reseñaba Rotunno, conocedor del protocolo del Ministerio de Sanidad, que dice que “según la evidencia científica disponible, se asume que un umbral de ciclos mayor de 30-35 equivaldría a una carga viral sin capacidad infectiva”.
Desde la UCI y la Vuelta aprobaron los resultados del PCR de Ayuso, un ejercicio de fe porque no es un test de un servicio médico externo. Pero entiende la organización y la comisión de la carrera que es responsabilidad del médico de UAE -sería castigado si se demuestra lo contrario-, que si considerara que la carga viral es mayor no le haría correr ni pondría en peligro a su equipo y al pelotón. “No podemos presumir que están engañando”, aseguran desde la organización de la Vuelta, que insisten en que el protocolo no se ha cambiado en ningún momento, por más que algún equipo se queje entre bastidores. La normativa de la UCI es clara: “En caso de que un caso de Covid-19 dentro de un equipo sea confirmado por una prueba de antígeno y luego por una prueba de PCR (ya sea un corredor o un miembro del personal), la decisión de aislar potencialmente el caso será tomada colectivamente por el médico del equipo. interesado, el médico Covid-19 del evento y el Director Médico de la UCI, sobre la base de los elementos clínicos y biológicos disponibles”.
Ocurre que ningún otro se ha podido salvar de la quema. Al Kern Pharma, por ejemplo, les expulsaron a tres de una tacada. “Dos de los corredores eran asintomáticos. Pero tenían una carga viral alta”, señala Juanjo Oroz, director deportivo del equipo español, que sí pudo hacerles el PCR porque estaban en jornada de asueto. Yates o Sivakov también eran asintomáticos, pero no les dio tiempo a hacerse la prueba. Pero si el positivo en antígenos ocurre en cualquier día de carrera, no hay tiempo material para ir a un hospital o laboratorio externo para hacerse el PCR exprés y entregar los resultados. Así para todos los equipos menos para el UAE y del DSM -que tiene una autocaravana con la máquina PCR también-, preparados para lo que pudiera suceder, toda vez que ni la UCI ni la Vuelta se encargan de sufragarla, por lo que la competición no es igual para todos. Esa ha sido la suerte de Ayuso, salvado por la campana y por la decisión de equipo de invertir en la máquina PCR.
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