Rybakina, el rastro ‘ruso’ en Wimbledon
La tenista nació en Moscú, pero ha podido jugar el torneo porque representa a Kazajistán. Se mide (15.00) con Jabeur en un duelo de primerizas en una gran final
Ons Jabeur y Elena Rybakina se medirán este sábado (15.00, #Vamos y Movistar Deportes) en la central de Wimbledon en busca de su primer gran trofeo. Se trata de un pulso de contrastes, con dos estilos claramente contrapuestos: la creatividad de la tunecina frente a la potencia de la kazaja, la jugadora que más aces (49) ha firmado en el torneo. Hasta ahora, los precedentes señalan que ha prevalecido el virtuosismo de la africana, superior en los tres careos previos (2-1).
Es la primera vez que ambas pisan una final de un Grand Slam. Jabeur, de 27 años y segunda en el listado mund...
Ons Jabeur y Elena Rybakina se medirán este sábado (15.00, #Vamos y Movistar Deportes) en la central de Wimbledon en busca de su primer gran trofeo. Se trata de un pulso de contrastes, con dos estilos claramente contrapuestos: la creatividad de la tunecina frente a la potencia de la kazaja, la jugadora que más aces (49) ha firmado en el torneo. Hasta ahora, los precedentes señalan que ha prevalecido el virtuosismo de la africana, superior en los tres careos previos (2-1).
Es la primera vez que ambas pisan una final de un Grand Slam. Jabeur, de 27 años y segunda en el listado mundial, es la tenista más en forma en estos momentos y esta campaña ha conquistado los títulos de Madrid y Berlín. “Este era mi objetivo desde que empezó la temporada, incluso desde el año pasado; cuando perdí, le dije a mi psicóloga que volvería a por el título”, dice la jugadora que más partidos ha ganado (84) durante los dos últimos años, 22 de los 24 últimos y que además encadena 11 triunfos. Estética y efectividad de la mano.
Jabeur podría hacer historia esta tarde. Si se impone, se convertiría en la primera africana que logra un major. “Quiero ir un poco más allá e intentar inspirar a las próximas generaciones. Quiero ver más gente jugando al tenis en mi país, en África, en Oriente Medio. Espero que lo que estoy haciendo ayude”, apunta antes de la final, en la que aterriza habiendo perdido más sets (2-1), pero menos juegos (57-40).
Enfrente estará Rybakina, de 23 años y 23ª en el ranking; la finalista más joven en Londres desde Garbiñe Muguruza (21 años en 2015). Su presencia añade morbo al pulso. Nació en Moscú, pero representa a Kazajistán a cambio de soporte económico. De este modo, sorteó el veto del torneo a los jugadores rusos y bielorrusos por la ofensiva militar sobre Ucrania. Cabe recordar que la decisión ha impedido competir a figuras como Victoria Azarenka, Aryna Sabalenka, Daria Kasatkina, Daniil Medvedev, Andrey Rublev, Karen Khachanov o Aslan Karatsev.
Moscú, Eslovaquia, Dubái...
En 2022, su resultado más reseñable es la final que perdió contra Ashleigh Barty (ya retirada) en Adelaida, nada más comenzar el año. “La clave ha sido jugar sin presión”, señala. “Juego para Kazajstán desde hace tiempo. Creyeron en mí. Nací en Rusia, sí, pero represento a otro país. Jugué los Juegos [de Tokio] bajo esa bandera...”, agrega la primera kazaja que disputará la final de un major; novena moscovita tras Olga Morozova, Elena Dementieva, Anastasia Myskina, Dinara Safina, Vera Zvonareva, Sofia Kenin, Marat Safin y Medvedev.
En su comparecencia tras lograr el acceso a la final, la tenista –que nacionalizándose ha seguido los pasos de otros profesionales como Mikhail Kukushkin, Alexander Bublik o Yulia Putintseva– fue preguntada con insistencia sobre su lugar de residencia, ya que según apuntan algunas informaciones, su lugar habitual de residencia sigue siendo Moscú. A lo que ella responde: “Viajo todas las semanas, paso la mayor parte del tiempo de gira. Entre torneo y torneo me entreno en Eslovaquia y también voy a Dubái, así que no vivo en ninguna parte”.
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