Los Warriors pasan por encima de Doncic en el primer partido de las finales del Oeste
Lejos de la perfección, Golden State se lleva el primer duelo sin sudar demasiado ante unos Dallas Mavericks apagados (112-87)
En La balada de Buster Scruggs (2018), la última película de los hermanos Coen, James Franco protagoniza una escena que, tiempo después, se ha convertido en uno de los memes más utilizados de las redes sociales. En ella, el protagonista aparece con una soga al cuello, a punto de ser ahorcado. A su lado, otro hombre en idénticas condiciones llora desconsolado. Antes del fatal desenlace, Franco mira a su compañero, que está al borde del ataque de ansiedad, y le dice, socarrón: “¿Es tu primera vez?”. Anoche, en la misma línea, los Golden State Warriors tiraron de experiencia y ...
En La balada de Buster Scruggs (2018), la última película de los hermanos Coen, James Franco protagoniza una escena que, tiempo después, se ha convertido en uno de los memes más utilizados de las redes sociales. En ella, el protagonista aparece con una soga al cuello, a punto de ser ahorcado. A su lado, otro hombre en idénticas condiciones llora desconsolado. Antes del fatal desenlace, Franco mira a su compañero, que está al borde del ataque de ansiedad, y le dice, socarrón: “¿Es tu primera vez?”. Anoche, en la misma línea, los Golden State Warriors tiraron de experiencia y demostraron por qué están disputando sus sextas finales de conferencia en ocho años. En un terreno inexplorado para Luka Doncic, los de San Francisco fueron mejores que los Mavs, embriagados todavía por el éxito ante Phoenix, y se llevaron con comodidad el primer partido de las finales de la Conferencia Oeste (112-87).
Los Warriors, más acertados en el tiro durante todo el encuentro, no sufrieron en exceso en ningún momento. Sin grandes números individuales —Stephen Curry fue el máximo anotador, con 21 puntos—, los locales impusieron su poder en el rebote, como ya hizo Phoenix en la ronda anterior, y superaron a Dallas con facilidad en esa faceta: 51 a 35.
Sereno como siempre en rueda de prensa, Jason Kidd admitió la superioridad de los Warriors en el primer envite, pero se mostró optimista para los próximos encuentros: “Siempre hemos encontrado una respuesta”.
Para ello, no solo tendrán que minimizar los puntos de Stephen Curry (anoche, 21), Jordan Poole (19) o Klay Thompson (15), sino que deben desactivar a Draymond Green. El ‘23′ de los Warriors es el arma secreta de este equipo. Lo lleva siendo desde 2015, cuando ganaron su primer anillo.
El ala-pívot de Michigan, drafteado en 2012 por los Warriors, estrenó en noviembre su propio podcast, The Draymond Green Show. En el último episodio, emitido este lunes, Green alabó el juego colectivo de los Mavericks, que parecen haber construido el coche perfecto para que Luka Doncic conduzca a placer: “Jalen Brunson, Reggie Bullock, Spencer Dinwiddie y Dorian Finney-Smith son muy buenos jugadores. Están muy bien entrenados y tienen mucho peligro con el balón”. Anoche, fiel a sus palabras, estuvo más atento que de costumbre, si eso es posible, y taponó un triple en la esquina a Finney-Smith al que otros defensores no suelen llegar.
Los Warriors, cómodos ante los grandes focos, apagaron el brillo de Luka Doncic desde el inicio. El esloveno, cansado del esfuerzo ante Phoenix, sufrió ante la defensa incisiva de los locales —corte en la cara incluido— y acumuló siete pérdidas de balón, las mismas que en los tres últimos partidos ante los Suns.
Los Warriors aflojaron al final, ya con el partido ganado, y permitieron que los visitantes maquillaran el resultado. Pese a todo, los de Steve Kerr se llevaron el primer choque de la eliminatoria (1-0), idéntico resultado al que se vivió en el último enfrentamiento de ambos equipos en playoffs, en 2007.
Por aquel entonces, los californianos llegaban como el octavo mejor equipo del oeste ante unos Mavs que, liderados por Dirk Nowtizki, habían arrasado en temporada regular: 67 victorias en 82 partidos. Aquellos Warriors hicieron del We believe (Nosotros creemos) su lema y, para sorpresa de todos, eliminaron a los tejanos en primera ronda. Tras la debacle, Nowitzki pagó su frustración contra la pared del vestuario visitante, provocando un socavón que 15 años después todavía no se ha reparado. Tras su retirada, el alemán acudió al lugar de los hechos invitado por los Warriors y firmó una dedicatoria amistosa: “Es parte de nuestra historia y, pese a la derrota, siempre que lo veo me hace sonreír”.
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