Laia Palau anuncia su retirada de las pistas de baloncesto a los 42 años
La jugadora barcelonesa cierra su carrera con un palmarés de leyenda: 33 títulos de clubes y 12 medallas con la selección española en 25 años de carrera
Laia Palau echa el telón a una carrera de leyenda. La jugadora barcelonesa anunció este miércoles su retirada definitiva de las pistas a los 42 años, tras coleccionar un palmarés inabarcable con 33 títulos de clubes y 12 medallas con la selección española en 25 años en la élite. “Dejo de jugar al baloncesto. No quiero utilizar la palabra retirada porque realmente no me retiro del baloncesto”, expresó la capitana del Uni Girona en su anuncio de despedida. “Mi idilio con este deporte no acaba aquí. Por eso digo que dejo ...
Laia Palau echa el telón a una carrera de leyenda. La jugadora barcelonesa anunció este miércoles su retirada definitiva de las pistas a los 42 años, tras coleccionar un palmarés inabarcable con 33 títulos de clubes y 12 medallas con la selección española en 25 años en la élite. “Dejo de jugar al baloncesto. No quiero utilizar la palabra retirada porque realmente no me retiro del baloncesto”, expresó la capitana del Uni Girona en su anuncio de despedida. “Mi idilio con este deporte no acaba aquí. Por eso digo que dejo de jugar, y no que me retiro. Seguiré trabajando en este mundo. Este deporte ha sido mi vida, es mi vida y tiene pinta que seguirá siendo mi vida. De momento no salgo del pabellón”, completó, antes de abrir la lista de agradecimientos.
“No vengo muy preparada. Normalmente cojo el micrófono y no me cuesta, pero hoy cuesta un poco. Agradezco mucho a mis padres, que un día más están aquí conmigo, acompañándome en esta aventura. Si no hubiera sido por ellos no podría haber llegado hasta aquí. Ellos también se jubilan hoy. Están un poco tristes. Yo tengo asumida mi decisión y estoy muy contenta. La vida me ha regalado una carrera tremenda. Y tengo retos por delante que me hacen mucha ilusión. Mi vida ha sido apasionante en este mundo. Me quedo mucho con el que cariño que me ha dado la gente. Hay que agradecer a la vida las cosas que pasan”, contó Laia Palau.
Tras caer con el Uni Girona en las semifinales de la Liga Femenina Endesa ante el Valencia Basket a comienzos de mes, Laia Palau se marchó de La Fonteta cavilando su gran decisión. La de prolongar su carrera una temporada más y jugar hasta la frontera de los 44 años, o poner punto y seguido y llevar su magisterio a la Academia de formación de niñas y jóvenes que está definiendo el club catalán y que ya lleva su nombre. “El club se ha marcado el objetivo de tener una cantera propia y a mí me gusta todo lo relacionado con el baloncesto base. Le han puesto mi nombre porque me voy a ocupar de ello, aunque todavía hay que definir cómo. Pero lo que está claro es que quiero quedarme y seguir trabajando en el mundo del baloncesto”, dijo hace 15 días. Hoy llega la decisión definitiva de la jugadora más emblemática de la edad de oro de la selección femenina de baloncesto.
En noviembre, Laia Palau ya cerró su etapa como capitana de España. Una carrera maratoniana que comenzó a escribir el 16 de agosto de 2002, con su debut como internacional en Vilagarcía de Arousa, a punto de cumplir 23 años, y coronó en los Juegos de Tokio el verano pasado. Una oda a la resistencia tras rendir mil dudas existenciales. El ‘¿qué hago yo aquí?’ fue su dilema durante gran parte de la carrera. Amagó dos veces con la retirada, pero en la madurez desató su pasión. “He compartido un proceso vital inédito con mi madre, porque ella se jubiló con 65 y yo iba a hacerlo con 38, a la vez, aunque al final lo aplacé”, confesaba a EL PAÍS en 2018. En la veteranía encontró definitivamente su sitio, haciendo de la resistencia su revolución. Un viaje extraordinario de 19 años de perseverancia competitiva con la selección, con 12 medallas (tres oros, tres platas y seis bronces) en 19 campeonatos y 314 internacionalidades. El palmarés más extenso del baloncesto español.
Salvo en el oro continental de 1993 en Perugia, cuando tenía 14 años, y en el bronce de 2001, que llegó un año antes de su estreno internacional, Laia Palau ha estado en todos los demás podios del baloncesto femenino español: 12 de 14. “Todo ha llegado por la perseverancia, por resistencia, porque sigo aquí ¡Qué humor tiene la vida!”, cuenta cada vez que repasa su álbum. ¿Se imaginó alguna vez un camino tan largo?, la preguntaban antes del último verano como capitana. “Nunca. Me canso al pensarlo (risas). En mis inicios no tenía muy claro nada de nada respecto al baloncesto. No sabía ni siquiera si me gustaba, aunque quede mal que lo diga. Quizá, los últimos 10 años de mi carrera son los únicos en los que he estado un poco más segura de lo que hacía aquí. Pero durante mucho tiempo me sentí muy extraña en este mundo”, respondió entonces.
Pensó en dejar la selección tras la plata de Río 2016, pero se vio con fuerzas para continuar. Después, en marzo de 2017, anunció que tras el Europeo de ese año en Praga, cuando cumplía los 38, se jubilaría. Se marchó a jugar a Australia para poner mundo de por medio, pero sus compañeras y la Federación la hicieron dudar a base de cariño. La “presión popular” la empujó a desandar el camino, plegó velas, regresó a la Liga Francesa —donde inició su periplo como emigrante allá por 2004—, y se preparó a conciencia para el reenganche. Para sentir sobre la pista el homenaje de la afición española en el Mundial de Tenerife en 2018. Para entonces la quedaban cuatro años más de baloncesto. “Todavía no sé qué quiero ser de mayor. Estudié educación social, hice trabajos en prisiones y en centros de salud mental y me interesó mucho. Soy muy humanista, el mundo social me gusta y el mundo cultural también. Siempre he dicho que me cambiaría por ser una actriz de teatro”, confesó a EL PAÍS en aquel 2018. Laia Palau echa el telón a una función que comenzó en 1997 en Barcelona.
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