El Sevilla finiquita al Atlético
El equipo de Lopetegui se consolida como el perseguidor del Madrid mientras los rojiblancos vuelven a mostrar la debilidad defensiva que les abruma
Ganador al límite por otra muestra de la debilidad defensiva que tanto daño le está haciendo al Atlético, el Sevilla se confirmó como la alternativa más firme para pelearle la Liga al Madrid. Del campeón...
Ganador al límite por otra muestra de la debilidad defensiva que tanto daño le está haciendo al Atlético, el Sevilla se confirmó como la alternativa más firme para pelearle la Liga al Madrid. Del campeón vigente apenas hay ya rastros. Ni por clasificación, ni por juego. Apenas le queda el orgullo para correr y competir. Seis goles a balón parado lleva encajados, lo que revela una falta de atención crónica.
Tanto Lopetegui como Simeone sorprendieron en sus alineaciones. El técnico del Sevilla puso en el mapa al canterano Iván Romero, un menudo delantero peleón y sibilino que encandiló en la pretemporada y fue mandado a pelearse con Kondogbia, Felipe y Hermoso. El entrenador colchonero sentó a su mejor centrocampista, De Paul, para dar cabida a Trippier. Al lateral inglés le han desaparecido los miedos a dañarse el hombro luxado. Su retorno suponía el regreso de Marcos Llorente al centro del campo y la recuperación de la sociedad tan decisiva para la conquista de la última Liga.
La trascendencia del duelo para ambos deparó un arranque tan frenético como impreciso. El Sevilla vivió en el alambre con dos malas cesiones en la salida de balón. Una casi la convierte Correa con un intento de globo que se le fue por poco. A lo que era un regalo de Jordán en la frontal del área no llegó por media bota Lemar.
Si el Sevilla vivió al filo de la navaja en esos inicios, el Atlético hace tiempo que lo hace en su propia área. Una falta de contundencia de Oblak para blocar un balón aéreo acabó en un despeje de puños y en otro mal pegado de Lemar. Correa perdió el cuerpo a cuerpo en la pugna y la pelota le cayó a treinta metros a Rakitic. El misilazo del croata salió flechado y plano a la escuadra de Oblak. Un golazo de los que no abundan en el fútbol español.
El golpe sacó la peor versión del Atlético. Un campeón desmoronado, en el que rebasar una simple línea con un pase es una odisea. Y más cuando le presionan la salida de la pelota. Esa asignatura la tiene suspendida Simeone. Los problemas de Oblak y de los centrales para encontrar al futbolista libre cuando les agobian delatan que faltan trabajo y mecanismos.
João Félix y cambio de dibujo
Con el viento a favor, era el momento del Sevilla, que tenía más claro qué hacer cuando era presionado. En cuanto rompía el cerco, ejecutaba un cambio de orientación a los costados, principalmente a Ocampos, primer guerrillero y después burlador. Padecía el Atlético con esos bamboleos. Y se disponía a sufrir más cuando Marcos Llorente, tuvo que ser reemplazado por De Paul por un pinchazo.
Poco antes, Montiel también se había roto y Lopetegui le dio carrete a Gudelj. Como dominador, le faltó al Sevilla estar más fino de pie para lastimar de verdad. Si el Atlético transmitía que el libreto de su entrenador se queda corto para los futbolistas de los que dispone, el Sevilla dio la impresión de que a la ambiciosa apuesta de Lopetegui le faltaban gramos de calidad.
El fútbol es tan lógico que con dos pases bien dados se puede armar una jugada de gol. Primero fue un cambio de orientación de Hermoso a Trippier, que ligó con Koke y este con Lemar. El francés exigió a Bono por primera vez con un disparo que terminó en córner. Felipe reventó de cabeza el saque tocado de Lemar.
Pese a salir vivo del primer tiempo con el gol de Felipe, Simeone le dio otra vuelta al once y también al dibujo. Le dio vida a João Félix, renunció a los tres centrales y sus futbolistas ocuparon más decididos el campo contrario. Carrasco y João Félix pudieron marcar en un partido que empezó a romperse por las necesidades de unos y otros. En ese ritmo vertiginoso a Simeone le sobraba Suárez y a Lopetegui el novato Romero.
Fue el Sevilla el que encontró el gol en otra muestra de la debilidad defensiva que tiene al campeón en la lona. Un córner, un remate al larguero y el rechace que lo caza Ocampos. Con una parábola de João Félix que repelió el travesaño murió el partido y el Sevilla licenció al campeón.
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