Carlos Alcaraz, en el laboratorio maestro
El español debuta en el Masters de las promesas, escenario que catapultó a talentos como Tsitsipas o Sinner y donde la ATP ensaya con diversas novedades normativas
Sin margen para pisar el freno ni para detenerse excesivamente en el golpe, Carlos Alcaraz tomó un vuelo en dirección a Milán el día después de caer en los octavos de Bercy contra Hugo Gaston, la semana pasada. El murciano, de 18 años, se desplazó allí para abordar estos días su penúltimo reto en este curso, año de despegue y también de experimentación. Tras adentrarse en los grandes, arañar varias marcas de precocidad y saborear los Masters 1000, previo todo a ...
Sin margen para pisar el freno ni para detenerse excesivamente en el golpe, Carlos Alcaraz tomó un vuelo en dirección a Milán el día después de caer en los octavos de Bercy contra Hugo Gaston, la semana pasada. El murciano, de 18 años, se desplazó allí para abordar estos días su penúltimo reto en este curso, año de despegue y también de experimentación. Tras adentrarse en los grandes, arañar varias marcas de precocidad y saborear los Masters 1000, previo todo a su estreno venidero en el equipo de la Copa Davis, el español debutó este martes con un triunfo (4-3(6), 4-2 y 4-0 a Holger Rune) en la Copa de Maestros que desde hace cinco años celebra la ATP para lucimiento de sus promesas. Son los ocho mejores sub-21 (respetando algunas renuncias), y su nombre brilla como el de ningún otro.
“He visto las ediciones anteriores [a partir de 2017] y sé que han venido grandes jugadores que estarán en Turín [en el Masters] o están entre los mejores del mundo”, afirma Alcaraz en unas declaraciones recogidas por la ATP, entusiasmado el organismo con el crecimiento de un chico que está dando que hablar y que promete emociones fuertes para el circuito. En plena transición generacional, el tenis masculino demanda perfiles que puedan suavizar el relevo a una época dorada y el de Alcaraz encaja a la perfección, toda vez que el murciano cumple con el retrato robot: juventud, calidad y carisma. Mientras la hornada intermedia se consolida como alternativa –los Medvedev, Zverev, Tsitsipas…–, él se postula con cimientos de oro.
“He visto este torneo por la televisión y siempre me ha encantado. Se monta un show tremendo, las luces y el público crean un ambiente muy bonito. El formato también invita a que haya mucha emoción. Personalmente, me gusta”, prosigue Alcaraz, consciente de que varios de los jugadores que desfilaron previamente por este torneo (Next Gen ATP Finals) figuran hoy día en la primera línea. Caso del griego Stefanos Tsitsipas, vencedor en 2018 y ahora cuatro del mundo, o el italiano Yannik Sinner, décimo y último coronado antes de que el curso pasado la pandemia forzase la cancelación; también Andrey Rublev, el quinto en el ranking y cada vez más afianzado en el top-10.
“Ellos ya están entre los mejores, pero yo estoy plenamente enfocado en mi camino. Sé que un solo torneo no va a cambiar mi carrera”, agrega el del Palmar, que arrancó este 2021 como el 141º y ha escalado hasta el puesto 32, en un salto que ha superado las expectativas. Incluso la de los suyos.
Mejor de lo esperado
“La idea era rondar el top-50″, comenta su preparador, Juan Carlos Ferrero, el hombre que moldea y analiza, más que satisfecho con un jugador del que valora por encima de todo su “trabajo y humildad”, y que en Milán es el más joven de todos junto a Rune (18/109º). Alcaraz pugnará en el Grupo A con el danés, al que derribó sin contemplaciones, el estadounidense Brandon Nakashima (20/63º) y el argentino Juan Manuel Cerúndolo (19/91º). En el B se reúnen el estadounidense Sebastian Korda (39), el italiano Lorenzo Musetti (19/58º), el francés Hugo Gaston (21/67º) y Sebastián Baez (20/111º).
Pese al nivel destacado de Korda o el local Musetti, el español es el gran señalado, dado el nivel que ha ofrecido a lo largo de la temporada. Además de su progresión y de ganar su primer título en la élite, en Umag (Croacia), Alcaraz alcanzó los cuartos del US Open su primera experiencia en Nueva York, y en su trazado anual ha derrotado a cuatro rivales que figuran entre los 10 mejores de la lista mundial: Tsitsipas (US Open), Matteo Berrettini (Viena), Casper Ruud (Marbella) y Sinner (Bercy). Él es, pues, el favorito de una cita en la que, como viene siendo habitual, se ensayará. La ATP la considera un banco de pruebas de cara a futuras modificaciones en el profesionalismo.
Menos juegos, sin ventaja y ‘coaching’
Entre otras pruebas, este Masters de las promesas propone partidos a cinco sets, pero de solo cuatro juegos (en vez de los seis tradicionales) y sin ventaja en el deuce (40-40); los calentamientos serán más cortos (se reducen de 4 minutos a 1), habrá descansos cronometrados para ir al baño (máximo de 3 minutos, y 2 extra si hay cambio de indumentaria) y los tenistas recibirán coordenadas de sus entrenadores desde el lateral de la pista (coaching, penalizado en el circuito), en lugar de los auriculares empleados en ediciones anteriores.
“Sería una de las que cosas que me gustaría mantener en los torneos”, comenta Alcaraz, el tercer español que desfila por el torneo tras Jaume el mallorquín Munar (semifinalista en 2018) y el malagueño Alejandro Davidovich (apeado el año pasado en la fase de grupos). “En todos los deportes, tanto individuales como colectivos, hay un entrenador que te puede dar consejos. Vendría bien que el tenis dé ese paso y deje que los entrenadores formen parte del partido”, remata el murciano.
Puedes seguir a EL PAÍS DEPORTES en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.