El Espanyol frusta al Athletic
En un partido divertido y bien jugado, el conjunto catalán anula al cuadro rojiblanco en Cornellà
Como si la Barcelona blanquiazul guardara una especie de hechizo, el Athletic se queda con las manos vacías (o semi vacías) cada vez que pisa el feudo del Espanyol. Desde la temporada 1997-1998, el conjunto rojiblanco no le gana al cuadro catalán en su casa. Pero insiste el Athletic. Como este martes que, con más o menos suplentes en el once, siempre con la misma idea de juego, ahogó al Espanyol. El gol de penalti de Raúl de Tomás no alteró los planes de los rojiblancos. Y, al final, tuvo premio...
Como si la Barcelona blanquiazul guardara una especie de hechizo, el Athletic se queda con las manos vacías (o semi vacías) cada vez que pisa el feudo del Espanyol. Desde la temporada 1997-1998, el conjunto rojiblanco no le gana al cuadro catalán en su casa. Pero insiste el Athletic. Como este martes que, con más o menos suplentes en el once, siempre con la misma idea de juego, ahogó al Espanyol. El gol de penalti de Raúl de Tomás no alteró los planes de los rojiblancos. Y, al final, tuvo premio. Iñaki Williams rompió la resistencia de Diego López antes de que el partido, divertido y bien jugado, entrara en combustión y acabase con RDT en los vestuarios antes de tiempo después de agredir a Yeray.
No engañó Marcelino cuando anticipó rotaciones. El Athletic aterrizó en Cornellà con cinco cambios en el once respecto al equipo que venció al Villarreal en San Mamés en la pasada jornada. Entraron De Marcos, Yeray, Vesga, Nico Williams y Sancet. En el calentamiento, se cayó Íñigo Martínez (problemas estomacales) y en su lugar apareció su habitual compañero de zaga, Vivian. Cambió medio equipo Marcelino, pero el Athletic no cambia su juego. El cuadro rojiblanco es un conjunto fiero, sobre todo bien trabajado. Todos saben su rol. Da lo mismo que en el ataque juegue un tipo duro como Raúl García o un joven más habilidoso como Sancet.
Fue el delantero, internacional con la Rojita, un dolor de muelas para la zaga blanquiazul. Si no se asociaba con Iñaki Williams, presionaba para quedarse con el balón. Y, si no, se inventaba él solo la jugada. Se encontró siempre con un firme Diego López, cuestionado en los últimos partidos pero este martes muy seguro frente al Athletic. Directos, con mucho vértigo en las bandas, sobre todo en el ala de Nico Williams (los hermanos coincidieron por primera vez en su carrera en el once inicial), los muchachos de Marcelino asustaban al Espanyol cada vez que cruzaban el ecuador del campo.
Los blanquiazules resistían. Sufría la zaga, no aparecía Darder en el centro del campo, pero andaba al acecho Raúl de Tomás. Nada nuevo en el Espanyol. El delantero madrileño tocaba poco el balón, pero cuando lo hacía incomodaba a Unai Simón. Hasta que Vesga le dio vida al tímido Espanyol. Al volante le sorprendió un rechace en el área y el balón le pegó en la mano. Poco que discutir para el cuadro bilbaíno. Unai Simón intentó desconcentrar a RDT, pero no hubo caso. El delantero no dudó: remate fuerte, a media altura, para gritar su sexto gol de la temporada.
El gol no alteró los planes del Athletic. Lekue confirmó (una vez más) su gran temporada y primero le birló el balón a Aleix Vidal para después asistir a Iñaki Williams en el área pequeña. Esta vez, nada pudo hacer Diego López. Entonces, Vicente Moreno rompió la precaución. El técnico blanquiazul mandó al campo a Dimata y Puado. Marcelino contestó con Berenguer y Raúl García. Y si el partido, hasta ese momento, había viajado a un ritmo intenso, en el ecuador del segundo tiempo se rompió. De área a área, ninguno parecía conforme con el empate en el marcador. Y si Unai Simón regó de tranquilidad el área del Athletic, Diego López blindó la del Espanyol. El portero estuvo brillante para mandar al saque de esquina el remate de Berenguer desde el punto del penalti en el último suspiro del duelo. No le alcanzó la embestida final al Athletic, que una vez más, regresa de Cornellà sin los tres puntos.
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