La gran revancha de Luis Suárez
El delantero uruguayo regresa al Camp Nou con el amargo sabor de su forzada salida
”Está caliente”, observa un directivo del Atlético sobre cómo afrontará emocionalmente Luis Suárez (Salto, Uruguay; 34 años) su regreso al Camp Nou, con la Liga en juego y el recuerdo de su agria salida del Barcelona el pasado verano después de seis temporadas. ...
”Está caliente”, observa un directivo del Atlético sobre cómo afrontará emocionalmente Luis Suárez (Salto, Uruguay; 34 años) su regreso al Camp Nou, con la Liga en juego y el recuerdo de su agria salida del Barcelona el pasado verano después de seis temporadas. Ya no preside la entidad blaugrana Bartomeu, que instigó su marcha e incluso puso trabas cuando supo que Suárez había escogido el Atlético como destino. El expresidente maniobró para que finalmente el club rojiblanco pagara al menos cinco millones de euros, lo que enojó sobremanera a Suárez, porque aún le quedaba un año de contrato y fue el club el que promovió su salida.
Este sábado Suárez está ante su gran revancha. Tiene ante sí la posibilidad de negarle el título de Liga a su exequipo y en el que fue su estadio. Durante el curso, los 19 goles que ha sumado en el torneo han sido interpretados en esa dirección. Este viernes, en sus redes sociales, el Barça le hizo un guiño en un intento por restañar las heridas. “Fuimos compañeros. Hoy, rivales. Pero siempre amigos”, rezaba el tuit de la cuenta oficial de su exclub. Para hoy está previsto un homenaje en la previa del encuentro que termine por enterrar la frialdad con la que Suárez posó en su despedida, con Bartomeu de testigo, con los 13 títulos que logró de azulgrana —además de ser el tercer máximo goleador histórico, con 198 tantos, tras Messi y César—.
El que sí estará en el Camp Nou será Ronald Koeman, aunque sea en la grada por la sanción de dos partidos que debe cumplir. El entrenador holandés fue aliado del expresidente azulgrana en las formas que presidieron la salida del uruguayo del club. Koeman solo habló con el goleador charrúa cuando las filtraciones sobre las intenciones del club de deshacerse de su figura eran ya un clamor. La conversación telefónica fue escueta. El técnico holandés ejecutó la orden de Bartomeu de no contar con él, aunque le permitió seguir entrenando con el equipo mientras resolvía su futuro. Suárez se fue con el orgullo futbolístico tocado y el recuerdo de tener que echarse a un lado cuando Koeman ensayaba sus primeras alineaciones durante la pretemporada o de no estar en las listas de convocados para los amistosos. “Es algo extraño para el jugador y también para los nuestros porque estuvo tiempo jugando en el Barça. Pero somos profesionales y cada uno hará lo máximo para ganar el partido”, expuso ayer Koeman cuando fue preguntado por el delantero uruguayo.
Durante la semana, en el Atlético han observado a un jugador motivado, pero tranquilo desde la jerarquía que transmite ante citas de tanta trascendencia. “Le llaman el repetidor, como si fuera un alumno que se las sabe todas y está de vuelta de todo. Es muy listo”, relatan en el Atlético, donde apelan a su “fuerza y garra uruguaya” y a la tranquilidad que le transmite a Simeone no tener que delegar el gol exclusivamente en Correa y Marcos Llorente como ha sucedido en sus ausencias por lesión.
La covid le impidió disputar el partido de la primera vuelta en el Wanda Metropolitano (1-0), pero en una entrevista en ESPN había anunciado que si marcaba no gritaría el gol, aunque no descartó un gesto reivindicativo. Recuperado ya de la última dolencia muscular que le mantuvo tres encuentros fuera, su puesta a punto ha estado muy enfocada a este choque. Las cargas de trabajo a las que ha sido sometido han sido muy cuidadosas durante el tiempo de recuperación. Cuando tuvo el alta, reapareció para disputar la última media hora en San Mamés (2-1). Para el partido en Elche (0-1), Simeone ya le quiso probar en el once titular por necesidad y por ver cómo respondía durante esos 83 minutos que le dio.
La presencia de Suárez también abre el debate del planteamiento que presentará Diego Pablo Simeone, muy obligado a ganar. Un empate o una derrota dejaría al Real Madrid con la posibilidad de obtener el liderato si el domingo derrota al Sevilla. La temporada ha clarificado que cuando el Atlético se desenvuelve en campo contrario, la contribución de Suárez en presencia y remate es mayor.
En el derbi de la primera vuelta en Valdebebas (2-0), con el equipo replegado en bloque bajo, solo remató una vez y no fue entre los tres palos. En los dos partidos de los octavos de final de la Champions con el Chelsea (0-1 y 2-0), también con una disposición similar, los registros fueron los mismos. En la derrota en el Sánchez Pizjuán (1-0), Suárez ni remató.
Cuando el Atlético ha jugado más en campo contrario, las prestaciones fueron más elevadas. En el último derbi en el Metropolitano (1-1), el Atlético sometió al Madrid durante una hora y registró un gol y seis remates, cuatro de ellos a puerta. Para esta tarde, Simeone ha probado acompañar a Suárez con Marcos Llorente y con Carrasco, para intentar transiciones rápidas. En la rueda de prensa de este sábado el técnico rojiblanco no especificó si presionará en campo contrario para facilitar la mejor versión que el equipo ha dado este curso, pero dejó un mensaje esperanzador para Luis Suárez. “Venimos jugando con una idea bastante continuada, a veces expresada de mejor manera y otras de peor manera y no variaremos. Imagínense lo mejor que hemos hecho y ahí intentaremos acercarnos”.
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