El resucitado Militão se queda solo
El brasileño, arrinconado hace 15 días, renace y es el único central del Madrid para visitar al Getafe tras la lesión de Mendy. Valverde, aislado por contacto con un positivo
La misma tarde en la que el Real Madrid tocó fondo esta temporada, Éder Militão sufrió también una jornada de gran frustración personal. El duelo en casa contra el Levante (1-2), a finales de enero, era apenas su sexto partido del curso y no se había llegado al minuto 10 cuando ya había sido expulsado por una acción con Sergio León. Cabeceando, se puso el abrigo y se marchó a la zona de los no convocados, donde no de...
La misma tarde en la que el Real Madrid tocó fondo esta temporada, Éder Militão sufrió también una jornada de gran frustración personal. El duelo en casa contra el Levante (1-2), a finales de enero, era apenas su sexto partido del curso y no se había llegado al minuto 10 cuando ya había sido expulsado por una acción con Sergio León. Cabeceando, se puso el abrigo y se marchó a la zona de los no convocados, donde no dejó de explicar a sus compañeros que él no había hecho nada mientras todos asistían al desmoronamiento del equipo en Liga, entonces a siete puntos del Atlético y con dos encuentros más. Diez días antes, además, había aparecido en la foto del hundimiento copero en Alcoy, donde su primer y único gol de blanco quedó borrado por el sonrojo posterior de la eliminación ante un Segunda B. La carrera del brasileño en Valdebebas había cogido mal color un año y medio después de su fichaje como el defensa más caro de la historia del club (50 millones).
Sin embargo, ahora que los blancos han florecido por primavera, ahí está Militão, protagonista de la resurrección merengue y de la suya propia. La sucesión de bajas lo rescató del trastero y el zaguero respondió con unas actuaciones más que notables ante el Barcelona y el Liverpool que le han cambiado la vida. En solo dos semanas ha pasado del ostracismo al primer plano y ahora, obligado por las bajas, al liderazgo de la defensa en un momento muy delicado. El fútbol es una noria, que se lo digan a él.
Este domingo en Getafe (21.00, Movistar LaLiga) apunta a su quinta titularidad seguida, cifra récord en su planillo, tras quedarse como el único central sano de la primera plantilla debido a las ausencias de Nacho (tarjetas), Ramos (lesionado y con covid) y Varane (sin recuperarse aún del coronavirus). La plaga de calamidades físicas es tal que hasta los centrales a tiempo parcial, como Mendy, también han caído. Una sobrecarga en el sóleo de la pierna izquierda aparta al francés de los terrenos unas dos semanas aproximadamente, con la ida de las semifinales de Champions frente al Chelsea a 10 días vista (27 de abril). Y este domingo por la mañana el club anunció que Valverde se encuentra aislado por contacto con un positivo por covid, aunque él ha dado de momento negativo. A todos ellos hay que sumar las ausencias de Lucas Vázquez, Hazard y Carvajal.
A 10 días del Chelsea, el tiempo estimado de baja de Mendy es de dos semanas
Zinedine Zidane tuvo que incluir en la convocatoria del Coliseum a cinco canteranos (los defensas Chust, Miguel y Pablo Ramón, y los medios Arribas y Blanco) y en la lista solo hay 11 futbolistas de campo de la primera plantilla. La precariedad de efectivos y la acumulación de fatiga es enorme en un tramo clave en el que desapareció la red de seguridad. Y, paradójicamente si se mira un mes atrás, la mayor certeza en la zaga madridista ahora mismo es Militão. “Jugó y lo hizo bien. Lo importante es estar preparado y comprometido, y él lo está”, comentó Zizou. En estos 15 días, el brasileño ha acumulado casi los mismos minutos (360) que en el resto del curso (469).
Una carrera rápida
Su gente cercana lo define como un joven (tiene 23 años) “muy tranquilo, metódico y paciente”, virtudes que le han venido bien en estos meses al sol. “Su reivindicación ha sido trabajar, sin quejas. Con su edad, sabía que las oportunidades le llegarían. Su vida es la Ciudad Deportiva y su casa, donde se entrena cada tarde”, añaden sobre este defensa tímido fuera del campo, sonriente y especialmente precavido de la covid, enfermedad que él ya superó en noviembre.
El defensa, paciente y metódico, tiene a Casemiro como su gran referente
Casemiro es su referente, cuentan en su entorno, su modelo a seguir, y el mediocentro, un obseso de estudiar a los rivales hasta llegar a irritar a su esposa, como él mismo ha confesado, le ha inculcado también ese afán por el análisis. Los dos, separados por seis años de diferencia, comparten en realidad un pasado muy similar. Ambos salieron del São Paulo y estuvieron en el Oporto antes de asentarse en el Madrid.
De niño, a Militão le gustaba más montar en bici y volar cometas. El fútbol no era lo más importante y, cuando lo practicaba, a veces lo hacía de portero. Pero el juego con los pies se le empezó a dar bien y su carrera, una vez dentro del mundo profesional, ha ido demasiado rápida. Dos campañas en el São Paulo le llevaron al Oporto, que pagó siete millones por él. Allí, protegiendo la portería de Iker Casillas, lo jugó prácticamente todo. De central o, cuando llegó Pepe en invierno, de lateral derecho. Y a la temporada siguiente, en el verano de 2019, se convirtió en el defensa más caro de la historia del Real Madrid, que lo fichó para seis temporadas. Hasta hace dos semanas, era más bien un desconocido. En su primer año en el Bernabéu estuvo a la sombra de Ramos y Varane, como era previsible, pero en esta Nacho lo relegó al papel de cuarto central. Allí estaba cuando las urgencias lo colocaron bajo los focos de la pasarela y él ha sacado pecho. Para Getafe se ha quedado solo.
Puedes seguir a DEPORTES en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.