Brady frente a Mahomes, la leyenda ante el prodigio
Tampa Bay y Kansas City chocan en la Super Bowl 2021, marcada por la covid, que confronta a dos de los mejores jugadores de la NFL
Cuando Tom Brady había alzado su primer trofeo de campeón en el 2002, Patrick Mahomes tenía solo siete años. Entre ambos hay una brecha de edad de 18 años. El histórico quarterback, prácticamente, podría ser el padre de la sensación del fútbol americano. El choque generacional, uno de los que más expectación ha generado en la NFL, se dará pese a la pandemia en el espectáculo cultural y deportivo más grande en Estados Unidos, ...
Cuando Tom Brady había alzado su primer trofeo de campeón en el 2002, Patrick Mahomes tenía solo siete años. Entre ambos hay una brecha de edad de 18 años. El histórico quarterback, prácticamente, podría ser el padre de la sensación del fútbol americano. El choque generacional, uno de los que más expectación ha generado en la NFL, se dará pese a la pandemia en el espectáculo cultural y deportivo más grande en Estados Unidos, la Super Bowl de 2021, un momento que puede ser el cambio de una era. Pero Brady se resiste a ello.
El fútbol americano, un deporte que equilibra la violencia con la estrategia, se juega con más de 50 jugadores en cada equipo. Pese a eso, siempre ganan protagonismo los quaterbacks, los lanzadores y ejecutores de las jugadas al ataque. En los últimos 20 años, Tom Brady (San Mateo, California, 43 años) ha sido uno de los grandes héroes. Y, también, altas dosis de animadversión. Durante dos décadas fue el gran líder de los Patriots, equipo al que llegó como un jugador con escasas probabilidades de triunfar, según los reclutadores de aquella época. La que parecía ser una carrera destinada al rol de los suplentes, estalló al ser titular. Ha ganado más títulos de la Super Bowl (seis, en 2019 fue el último) que 30 equipos de toda la liga. Es Mr. Super Bowl. Es el jugador en su posición más veterano y, ante cualquier pronóstico, luce como su estuviera en su pico de rendimiento y alejado de cualquier tipo de lesión.
A Brady le acompañan varias polémicas. En 2015 estuvo involucrado en un caso de balones desinflados, conocido como Deflategate, en el que sacó ventaja frente a sus rivales y después le sancionaron sin jugar unos partidos. Algunos de sus detractores han señalado incluso cierto favoritismo arbitral, aunque lo cierto es que ha amargado al resto de la NFL al alcanzar 10 partidos de la Super Bowl, una gran exposición mediática. “La gente quiere ver a su equipo ganar y cuando no lo hace dirigen su frustración a otro lado. Y cuando has tenido éxito como nuestro equipo lo ha obtenido, esa frustración va dirigida a nosotros”, dijo Brady.
Este 2021, Brady ha llegado al gran juego de la NFL con un equipo nuevo, uno que ha pasado sin gloria desde 2003. Los Tampa Bay Buccaneers fueron el refugio para un Brady que terminó su ciclo en los Patriots de 20 años. El equipo de Florida le ofreció 50 millones de dólares por dos años para animar a una plantilla. Y lo que obtuvo fue un frenético ascenso: clasificaron a los playoffs y trituraron a los dos favoritos de la temporada: New Orleans y Green Bay. A Brady le sumaron su fiel escudero, Rob Gronkowski, y una defensiva que le blindó.
Un terremoto llamado Patrick Mahomes (Tyler, Texas, 25 años) ocurrió en 2017. El hijo de un beisbolista logró que todos los reclutadores de la NFL voltearan a verle. Su brazo derecho poseía capacidades extraordinarias para alcanzar hasta 60 yardas (casi 55 metros) sin inmutarse, a veces sin prestar demasiada atención con la mirada. En los genes tenía ya una agilidad para arrojar balones con una gran velocidad y precisión. Eso le valió para que los Kansas City Chiefs le reclutaran y pagaran por él 16 millones de dólares. En su primer año jugó un par de juegos como suplente, pero su entrenador, Andy Reid, sabía que no podía hacerle esperar más. En 2018, soltaron la cadena: el liderazgo del novato llevó a los Chiefs a la final de conferencia, la antesala de la Super Bowl. Cuando podía consagrarse, Tom Brady y sus Patriots le cortaron el paso en un partido que se fue al alargue. El premio para Mahomes fue el MVP de la temporada.
Un año después, en la temporada 2019-2020, Mahomes conquistó la Super Bowl con los Chiefs, en un juego en el que sacó sus mejores lances. Ese efervescente éxito le valió para firmar un contrato por 10 años por más de 500 millones de dólares convirtiéndolo en el brazo más caro del deporte. El estilo Mahomes encandiló a la NFL. El tipo, con la presión de varios colosos dispuestos a noquearle, es capaz de lanzar el balón sin mirar o, incluso, de apostar por sí mismo para avanzar metros en el campo. “Si eres un joven deportista y no admiras a tipos como Brady estás loco. Es el tipo de persona que esperas ser cuando creces”, dijo Mahomes.
“¡Es el LeBron contra Jordan!”, sintetizó Tony Romo, el legendario jugador de la NFL. “Este es el juego al que la gente siempre va a recordar”, agregó. El fulgurante Mahomes buscará quitarle un poco de gloria a un Brady peleado con la posibilidad del retiro. Mr. Super Bowl aún tiene tiempo para dar un par de lecciones.
La Super Bowl se la juega contra la pandemia
La NFL se la jugó frente a la pandemia. El comisionado de la liga, Roger Goodell, rechazó suspender la liga. Para ganar tiempo en la preparación de los protocolos de sanidad solo cancelaron la pretemporada y, de inicio en septiembre, jugaron a puerta cerrada. 69 jugadores se negaron a jugar bajo esas condiciones y renunciaron a la temporada. Se impusieron multas de hasta un millón de dólares a los deportistas y entrenadores que salieran al campo sin mascarilla.
Pese a que los contagios iban en aumento, los estadios reabrieron con un aforo del 20%. La Super Bowl, a jugarse en Florida, tendrá hasta 25.000 espectadores. EE UU supera los 26 millones de contagiados y roza las 460.000 muertes. Las autoridades epidemiológicas han pedido a la gente en todo el país no reunirse para ver el gran partido porque puede ser un foco de “súper propagación”.