João Félix manda y Suárez mata en la goleada del Atlético ante el Granada
Los rojiblancos arrollan al equipo de Diego Martínez con una exhibición de juego ofensivo y contundencia
Liderado por un centrado y liberado João Félix, el Atlético dio cuenta del Granada, que se presentaba en el Metropolitano como líder del campeonato y con su prurito de equipo europeo. Fue destrozado por un chico que hace fluir el juego con tanta plástica como eficacia. Dejó una tarde de cambios de ritmos, par...
Liderado por un centrado y liberado João Félix, el Atlético dio cuenta del Granada, que se presentaba en el Metropolitano como líder del campeonato y con su prurito de equipo europeo. Fue destrozado por un chico que hace fluir el juego con tanta plástica como eficacia. Dejó una tarde de cambios de ritmos, paredes, sombreros, ruletas y pases de gol que fueron otro grito de libertad para su talento. Jugó por dentro, bajando a recibir en las zonas más complejas para armar juego y salió airoso en casi todas sus intervenciones. El penalti provocado que falló Saúl y el inicio de la jugada, la asistencia a Correa y el tanto que hizo fueron la guinda a su excelsa actuación. Cuesta entender cómo Simeone, su cuerpo técnico y sus propios compañeros no acaban de darle la responsabilidad de los lanzamientos desde el punto de penalti. Con la llegada de Luis Suárez, la suerte parece tener al menos un dueño definitivo y a un verdadero especialista. El charrúa debutó y no defraudó. El segundo balón que tocó dejó solo a Llorente para que pusiera el cuarto gol. Luego, rozo el tanto tras una buena pared enhebrada con Koke. Y dejó su selló de goleador con una parábola de cabeza y otro gol que le resume. Un disparo de primeras y un instinto matador para remachar el rebote procedente del palo. En poco más de media hora evidenció el impacto que puede generar su fichaje. Los seis goles ratificaron una prometedora bacanal ofensiva.
Dejó el Atlético la sensación de contar con un potencial ofensivo que debe evitar la ristra de empate y de malos partidos que el curso pasado les descolgaron muy pronto de la pelea por el título. El arsenal que enseñó invitan al optimismo. Tuvo el equipo de Simeone juego y goles, una mezcla no muy habitual. Por el rodaje de ventaja con el que partía el equipo de Diego Martínez, la cita se presumía compleja para los rojiblancos, que llevaban sin competir desde el fiasco del Leipzig en los cuartos de final de la Champios. De aquel petardazo coleó en la alineación Diego Costa, titular porque aquella misma noche aciaga de Lisboa Morata decidió abrirse las puertas de salida. Y fue Costa el que abrió el marcador, premiando la salida ambiciosa del Atlético, abrazado a la presión adelantada que tan buen resultado le dio tras el confinamiento. Con Carrasco y Correa siempre amenazantes en los costados. Cada uno en su ley. El belga con sus conducciones verticales y el argentino con ese rastreo de sacar algo de donde no hay nada. Y de una pelota que le cayó en el costado del área sacó una rosca tensa a bote pronto que Costa convirtió en un misilazo de cabeza que botó con violencia delante de Rui Silva e hizo inútil la estirada de este. Costa emergió espoleado por la competencia que se le avecina con Suárez y parece dispuesto a vender caro su puesto. No solo hizo el gol, se le vio fino en las paredes y punzante en los desmarques. Pero para finura la de João Félix, que con una ruleta enredó a Domingos Duarte para sacarle un penalti. El lanzamiento de Saúl, fuerte y a media altura, lo detuvo el vuelo de Rui Silva.
El error no detuvo al Atlético, que siguió mandón y sin darle respiro al Granada. Su única señal de peligro emitida fue un cabezazo en el segundo palo de Domingos Duarte que se encontró con la sempiterna parada milagro de Oblak. Con el esloveno a su nivel, si Koke mantiene su tono como distribuidor y con ese ramillete de delanteros afilados, el Atlético tendrá mucho que decir en esta Liga.
La reanudación constató que el gobierno del partido seguía en las botas de João Félix. Inició la jugada del segundo gol bajando a recibir y descargando paredes hasta plantarse en el pico izquierdo del área. Desde allí vio la entrada de Correa por el lado contrario. El pase fue milimétrico al argentino, que controló, recortó y mató. El propio Correa asistió al luso poco después para que este sumara un gol muy fino. Primero puso a Vallejo mirando contra las vallas publicitarias con una finta y después ejecutó a Rui Silva por el primer palo con un disparo duro y seco.
Con tres goles de ventaja, Simeone hizo que el festival goleador continuara con la entrada de Llorente y Suárez. El primero hizo el cuarto con un pase de primeras del uruguayo y este completó la media docena con esos dos tantos que respondieron a esa eficacia que tanto ha echado menos Simeone desde que no contaba con un goleador de esa talla.