Nicolás Almagro: “Gustase o no, siempre fui auténtico”

El murciano deja el tenis tras 16 años de carrera, con la impronta de un juego explosivo y el récord de ‘aces’ sobre tierra batida. Charla con EL PAÍS sobre temperamento y un deporte que no le debe nada

Almagro celebra una victoria en el Godó de 2014.GETTY

Dice Nicolás Almagro (Murcia, 33 años) que no teme al mañana, que cuelga la raqueta con los deberes bien hechos y que no tiene nada que reprocharse: “Siempre he sido fiel a mí mismo”. Se despide el murciano porque su cuerpo le avisaba desde hace tiempo y su cabeza le dirige hacia nuevos proyectos, dejando atrás un revés a una mano espectacular y un buen listado de cortocircuitos. Ganó 13 trofeos individuales, todos sobre arcilla, y llegó a ser nueve del mundo. También formó parte del equipo que conquistó la Copa Davis de 2...

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Dice Nicolás Almagro (Murcia, 33 años) que no teme al mañana, que cuelga la raqueta con los deberes bien hechos y que no tiene nada que reprocharse: “Siempre he sido fiel a mí mismo”. Se despide el murciano porque su cuerpo le avisaba desde hace tiempo y su cabeza le dirige hacia nuevos proyectos, dejando atrás un revés a una mano espectacular y un buen listado de cortocircuitos. Ganó 13 trofeos individuales, todos sobre arcilla, y llegó a ser nueve del mundo. También formó parte del equipo que conquistó la Copa Davis de 2008 en la volcánica final de Mar del Plata.

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Pregunta. Después de 16 años como profesional, ¿le ha quedado algo pendiente?

Respuesta. No. He tenido una carrera muy exitosa, pero también he trabajado mucho para ello, ¿eh? Sin esfuerzo y sin sudor no se consiguen las cosas. Tanto para mí como para mi entorno no sería sano pensar que el tenis me debe algo. Probablemente sea uno de los deportes más justos que existe. Tal vez haya 10 partidos que haya merecido ganar y otros 10 que haya merecido perder, pero debo quedarme con que me ha dado lo que merecía. Aquí no valen los empates, ni hay penaltis injustos… Aquí los errores son de uno mismo y los errores también.

P. El tenis profesional representa toda una vida. ¿El día después produce vértigo?

R. El miedo, en realidad, es no tener la capacidad para reinventarse. La vida es así: debes ir quemando etapas y reinventándote, no hay otra. Después de todo van viniendo otro tipo de aventuras y ahora voy a dedicarme a dirigir La Manga Club, así que afronto un objetivo bonito y ambicioso que me llena de ilusión. Es algo nuevo, así que me toca ponerme las pilas e ir aprendiendo.

P. ¿Cómo cree que le recordarán?

R. Espero que me recuerden como lo que soy y he sido: Nico Almagro. He tenido mi carácter, eso es así, pero a la gente a la que le gustaba mi tenis le gustaba mucho, y al que no me odiaba o me detestaba… Gustase o no, ha sido siempre mi forma de vivir y de competir. Soy un hombre alegre y sincero, y en la pista no podía ser de otra forma. Muchas veces he dicho cosas que no debería haber dicho y eso me ha acarreado enemigos, pero al final era yo mismo y me quedo con eso. Soy muy franco conmigo mismo y así he tratado de transmitirlo en mi profesión.

Al que le gustaba mi tenis le gustaba mucho, y al que no me detestaba...

P. Entonces, ¿misión cumplida?

R. Para mí el deporte es como la vida: hay que saber escuchar, saber solucionar problemas… Y la mejor forma de no reprocharme nada es haber sido sincero conmigo mismo. Ahora me encuentro muy tranquilo, sabiendo que lo he dado todo y que he sido fiel a mí mismo y al tenis. Así es como quería que quedase mi carrera y creo que lo he conseguido.

P. También deja un récord: 2.879 aces en tierra batida.

R. Era algo natural. Lo trabajé mucho con mis entrenadores, pero era todo natural. El físico tan explosivo que tengo me ayudaba.

P. Se dice que de haber controlado más ese temperamento podría haber llegado más lejos. ¿Lo cree así?

R. Y yo hago la pregunta a la inversa: ¿Y si Almagro no hubiera sido como es? A lo mejor de otra manera no hubiera llegado donde ha llegado. Para gustos, los colores. A la gente que de verdad le gustaba me entendía y a los demás no, y ya está. Quien no me entendía no disfrutaba. Yo tenía una forma particular de jugar, diferente a lo que se lleva en el tenis español. Llegué a ser el nueve del mundo, sabía de dónde venía y adonde quería llegar, así que estoy inmensamente feliz. He hecho realidad todos mis sueños.

P. ¿Pero reescribiría algún episodio?

R. Ni me he parado nunca a pensarlo ni voy a hacerlo ahora. Al final, quiero ser justo conmigo mismo y he vivido todo esto como creía que debía vivirlo. Soy muy consciente del camino que he tenido que recorrer para conseguir lo que he conseguido. He conseguido cosas impensables para mucha gente.

Almagro devuelve de revés en un partido de la Copa Davis de 2012.REUTERS

P. Y en el camino quedan un buen puñado de raquetas rotas…

R. Algunas veces mi carácter me jugó malas pasadas, pero si tuviera que explicar una por una… En muchas encontraría el porqué, pero pocas cosas puedo reprocharme porque era yo, Nico en esencia, y eso es lo más importante. He intentado ser lo más auténtico posible; otra cosa es que lo haya conseguido…

P. De volver a empezar, ¿repetiría con el tenis?

R. Quiero pensar que sí, pero debemos ser conscientes de que los tenistas vivimos en un mundo paralelo en el que tenemos muchas facilidades en todo. Lo tenemos todo desde muy jóvenes y eso… Para ser profesional debes tener muy claras las cosas, saber realmente qué quieres y qué es lo importante. Yo lo tuve siempre muy claro y siempre lo valoré mucho, y entiendo que el resto del circuito también; de lo contrario, no llegaríamos hasta donde hemos llegado.

P. Desde que empezó hasta ahora, ¿cuánto ha cambiado su deporte?

R. Ahora es totalmente diferente. Hace unos años todo era mucho más táctico y ahora todo es más físico, relacionado sobre todo con la potencia. El tenis te obliga a reinventarte cada año y debes aportarle pluses a tu juego constantemente. En mi caso así ha sido, hasta que ha llegado el momento de decir adiós.

Disfruté mucho contra Federer. Te hace sentir que no sabes jugar

P. Se va usted y a corto plazo se adivinan más despedidas de una generación de oro.

R. La vida pasa para todos por igual, aunque cuando eres joven no lo piensas. Creo que nosotros hemos tratado de escribir nuestra propia historia y lo hemos hecho bien. Hemos sembrado para que el futuro del tenis español pueda tener muchas cosas buenas y que muchos jóvenes puedan tener referencias positivas. De cara al futuro seguro que saldrá otra generación brillante, que ojalá pueda hacer que nos olviden a nosotros. Ojalá sea lo más rápido posible, aunque no va a ser nada fácil.

P. ¿Cree que el compromiso de los jóvenes se ha reducido?

R. La sociedad ha cambiado mucho: las redes sociales, Internet… Todo es mucho más inmediato y los de ahora tienen todo mucho más a mano. Nosotros pasábamos más tiempo en el club, jugando, y ahora todo cuesta un poco más, pero estoy convencido de que vendrán otros que amen tanto o más que nosotros este deporte y lo hagan todavía mejor.

P. Pasan los años, pero perdura Federer. ¿Qué opina de él?

R. El poder estar enfrente de Roger en una pista… Es algo increíble, algo soñado. He tenido la suerte de poder enfrentarme varias veces a él y de poder robarle algún que otro set… Pero nunca pude con él. Lo disfruté muchísimo, aunque sobre todo creo que lo disfrutó mi gente. Tal vez ahora, cuando vea las imágenes con perspectiva, pueda disfrutarlo más. Por lo menos me cansaré menos, eso seguro. Te vuelve loco, te hace sentir que no sabes jugar.

P. Para cerrar, ¿con quién le hubiera gustado compartir pista?

R. Sampras y Agassi marcaron una época histórica del tenis cuando yo era un adolescente y me hubiera hecho mucha ilusión jugar algún partido contra ellos.

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